Libro maestranza chinchorro arqueologia 2018

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Dirección y edición Marco Portilla Mancilla Diseño y diagramación Oscar Salvatierra Corrección de estilo Isabel Araya Morales Fotografia Oscar Salvatierra Marco Portilla Mancilla Mauricio Lazo Ilustración Pedro Zuñiga. Jorge Alción. Autor capitulo Historia Industrial Ian Thompson Asesor científico y co-autor Capitulo Naturaleza Nicolás Gainza Asesora bioantropológica Silvana Flores Asesor Antropológico Sergio Villablanca Iconografía título Vaso tipo Kero de doble anillo, policromo, Tipo Tiwanaku A (sensu Uribe 1999). Impreso en Arica ISBN: 978-956-393-528-8 FEBRERO 2018.


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INDICE PRESENTACIÓN PALABRAS DEL GERENTE GENERAL INTRODUCCIÓN

6 9 11

CAPITULO I NATURALEZA

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Contextos funerarios de maestranza chinchorro testigos territoriales del poblamiento costero de arica

90

Salvataje N9

91

Maestranza chinchorro 2012

94

El arcaico costero de maestranza chinchorro reflexiones y preguntas

102

14

Geografía de la cuenca norte de arica

22

Antecedentes arqueológicos ocupación inicial

28

Primer umbral evidencias relictas del periodo formativo

105

33

Período medio en maestranza la interacción costera entre arica, ilo y los materiales tiwanaku

106

Antecedentes históricos en torno a la costa norte de Arica

34

Horizonte medio, costa norte visibilizando la playa en un periodo de protagonismo valluno

111

Siglo XVI

37

Los desarrollos regionales y su presencia en la zona costera norte de arica

114

Siglo XVII

46

Siglo XVIII

54

Maestranza chinchorro yacimiento borde terraza chinchorro 2

119

Siglo XIX

58

Siglo XX

Segundo umbral la visibilidad del colesuyo en tiempos incaicos y etnohistóricos

124

68

Siglo XXI

69

La historia industrial del fcalp

127

71

Historia industrial el periodo maestranzino desde la cultura material

128

CAPITULO II HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN

CAPITULO III ARQUEOLOGÍA DE MAESTRANZA CHINCHORRO El escenario arcaico comunidades chinchorro y la domesticación del entorno Acha los primeros ariqueños

72 76

Faldeo noreste morro de arica monumentalidad chinchorro

78

Maestranza chinchorro caja de pandora para la prehistoria costera de arica

79

Maestranza doméstica borde terraza chinchorro -4 (btch-4)

82

Un antiguo espacio ritual horadaciones y depósitos intencionales del sitio beretta brasil

86

CAPITULO IV EL MANEJO DE UNA GRAN COLECCIÓN ARQUEOLÓGICA Metodología y estrategias de conservación y preservación arqueológica CAPITULO V CONCLUSIONES El valor cultural de los yacimientos arqueologicos de maestranza chinchorro REFERENCIAS CITADAS GLOSARIO ANEXOS

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144 147 148 152 156 158

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Geología de la cuenca norte de arica


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PRESENTACIÓN Dando a conocer una desconocida etapa de la antigua ocupación humana de la ciudad de Arica recientemente descubierta entre los suelos cargados de una cara poco amable del desarrollo industrial, este libro presenta el panorama general de los trabajos para el manejo arqueológico del Proyecto Remediación y Rehabilitación de Suelos del Ferrocarril Arica-La Paz confiado a la revitalizada empresa regional Ferrocarril Arica La Paz (FCALP). Mediante la remediación de suelos contaminados con polimetales, diversos testimonios materiales que hablan de un pasado se asomaron a la superficie nuevamente. Ello dió paso a un largo y complejo trabajo arqueológico y patrimonial cuyos frutos se manifiestan en esta publicación. Algunos años atrás se publicó “Quiani: Prehistoria y Naturaleza de la Costa Sur de Arica” (Portilla et al. 2015 ), buscando el presente libro ser su continuidad. Y es que la densidad y espectacularidad de los contextos descubiertos en esta ocasión superan cabalmente aquellos que generaron la primera investigación.

Modestamente, estamos frente a episodios de la historia humana ariqueña que esperamos contribuyan a complementar el panorama del estudio sobre poblaciones costeras del Norte Grande de Chile. Esta publicación representa el esfuerzo mancomunado de un equipo de jóvenes profesionales y estudiantes encargados de practicar la arqueología en un ambiente extremo hostil,y generar uno de los rescates arqueológicos más complejos efectuados en territorio nacional. A todos ellos desde ya se les agradece su entrega y pasión al proyecto. Sin más preámbulo, se invita al lector (sobre todo a los nostálgicos por esta ciudad) a sumergirse en los datos históricos y prehistóricos presentados en las próximas páginas. Desde un esfuerzo por construir esta publicación como una meseta entre las memorias de la gente de Arica y el pasado material de sociedades diferentes a la nuestra, esperamos que su lectura sea un encuentro entre la población civil y la ciencia.


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Panorรกmica de la primera terraza de la costa norte de Arica. Como veremos a continuaciรณn, la relaciรณn biogeogrรกfica entre Maestranza Chinchorro (como lugar de asentamiento humano) y el actual parque centenario (como un nicho biolรณgico directo) tiene una profunda historia.


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Faenas de relocalizaciรณn de vagones ferroviarios en contexto del proyecto de Remediaciรณn y Rehabilitaciรณn de Suelos del Ferrocarril Arica la Paz (en adelante, FCALP).


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PALABRAS DEL GERENTE GENERAL FERROCARRIL ARICA - LA PAZ

Es a través de este proceso, que ha permitido conocer con un mayor grado de detalle sobre las características y particularidades de la vida de los primeros habitantes de Arica, quienes nos han legado un rico patrimonio arqueológico el cual se manifiesta principalmente a través de las momias más antiguas que la humanidad conoce y sobre las cuales se encontró un rico material en los terrenos de la maestranza. Nos sentimos orgullosos de haber finalizado este proyecto en forma exitosa y además hacer este importante aporte a la cultura e historia que nos permite rescatar y poner en valor el rico patrimonio histórico y cultural de Arica, zona de confluencia de importantes culturas prehispánicas que nos han dejado un rico legado que, modestamente, este libro pretende rescatar y difundir a través de sus páginas.

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Dicho compromiso sigue inalterable, y es en este contexto que el FCALP, actuando como un instrumento del estado de Chile y de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado, EFE, quienes le confirieron la tarea de ejecutar la continuidad del proyecto Remediación ambiental de suelos en marzo del año 2015 en virtud del cual tuvo que hacerse cargo de los pasivos ambientales que por décadas generó el transporte de metales pesados provenientes desde Bolivia para ser embarcados por el puerto de Arica.

Es en el marco de este proyecto, en el cual se encontraron los primeros hallazgos arqueológicos en la Maestranza Chinchorro y que dan origen a este Libro el cual forma parte del compromiso y puesta en valor suscrito por el FCALP con el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).

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El vínculo, eterno e indisoluble, del FCALP con la ciudad de Arica y sus habitantes ha quedado reflejado desde los inicios de la operación ferroviaria en los albores del siglo pasado. Desde que por primera vez rugieron las locomotoras por nuestra red, este ferrocarril fue un motor de desarrollo para la ciudad de Arica, la macro región andina y sus habitantes. Durante décadas de operación, el compromiso del ferrocarril y su personal ha quedado de manifiesto, como testigo inmaterial de lo señalado, aportando a la conectividad y a la movilidad tanto de los pasajeros como de la carga boliviana que buscaba salida por el puerto de Arica.


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INTRODUCCIÓN

Contextos funerarios, entierros aislados, áreas de tareas específicas, habitacionales, rituales, y un vasto cumulo de material arqueológico recuperado desde éstos, nos permiten entregar una perspectiva inicial de un modo poblacional antiguo y persistentemente ocupado por grupos costeros de los últimos valles occidentales de Andinoamérica. Estos grupos se vincularon con el entorno de las antiguas chimbas de playa Chinchorro: una área con amplia visibilidad y dominio de los recursos de subsistencia más urgentes.

La interacción humana de entonces debió ser espectacular; ya vemos que, aunque bastante esquivos con posterioridad al momento Chinchorro, los contextos de la costa reflejarían por sobre todas las cosas un grado de autonomía económica, política, y geográfica en estos parajes, y por tanto la identidad valluna es algo que se desarrolla posterior y en paralelo a la identidad costera en esta región. Los nuevos contextos que presentaremos a lo largo de esta publicación esperan poder aportar a la cristalización de esta identidad grupal, que probablemente tuviese variaciones por las ocurrencias culturales de los grandes centros poblacionales del extremo sur peruano y de la cuenca del Titicaca, ahora bien que mantuvo algo propio: su relación material con el entorno y el fuerte lazo con la mamacocha.

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La costa norte de la ciudad de Arica (considerada desde el morro hacia la frontera con Perú) no comenzó a poblarse moderna y copiosamente hasta años bastante recientes. Esto ha permitido ir reconociendo contextos arqueológicos de diversa funcionalidad y época a través de toda la extensión de la primera terraza marina de Arica (20 en promedio sobre el nivel del mar),

en especial dentro de los primeros metros de dicho territorio. Si bien las noticias sobre yacimientos arqueológicos no son para nada sorpresa en la investigación de esta área (Max Uhle, probablemente durante la construcción misma del ferrocarril, es quien nos indicaría las primeras notas sobre este espacio), si lo son los conjuntos de yacimientos encontrados durante las complejas faenas de remediación de suelos del terreno de Maestranza Chinchorro.

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Arica es una ciudad de tamaño modesto que posee un ánimo de sempiterna quietud y protagonismo catastrófico. Sin embargo, es un importante rincón del mundo donde se puede visualizar el pasado humano sudamericano de manera abundante y fina. Nuestra historia cultural local a comparación de regiones aledañas (Arequipa, Cuzco, Circuntiticaca) puede parecer un rincón pequeño de la antigüedad andinoamericana, sin embargo (asi como Tutankamón no fuera ni Akhenaton o Ramses, pero fuera el descubrimiento más espectacular en su momento) Arica ha permitido sentar una serie de complejas discusiones sobre los modos de vida de la prehistoria del orbe.


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CAPITULO I M.Chinhorro / Pag.

NATURALEZA

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GEOLOGÍA DE LA CUENCA

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NORTE DE ARICA

La XV Región de Arica y Parinacota se ubica en el extremo norte de Chile entre los paralelos 18 y 19°S, en la parte central y occidental de Los Andes centrales presentando una forma arqueada debido al Oroclino Boliviano o “Codo de Arica” (García et al, 2004). Se distinguen claramente cuatro unidades fisiográficas mayores: la Cordillera de la Costa, la Depresión Central , Precordillera y la Cordillera Occidental ; rasgos que se extienden hacia el norte , incluido el sur del Perú (García et al., 2004, Mortimer y Saric, 1975; Paskoff , 1979 ; Tosdal et al. 1984 ; Naranjo y Paskoff , 1985 ; Macharé et al. 1986 ). En la región estos rasgos fisiográficos presentan una dirección N-S a NNW-SSE.. La Cordillera de la Costa es un cordón estrecho de hasta 15 km de ancho que alcanza los 1200 metros sobre el nivel del mar. Desaparece por cerca de 50 km a partir del Morro de Arica, y vuelve a aparecer al norte, en el Morro Sama cerca de Ilo. Su altitud disminuye progresivamente hacia el Este hasta la Depresión Central, mientras al Oeste su límite con el Océano Pacífico es abrupto debido al escarpe costero con desnivel promedio de 1.000 m.

Las rocas presentes en la Cordillera de la Costa pertenecen a la Formación Camaraca del período Jurásico (Salas et al. 1966), presentando un espesor mínimo de 4.000 m. que corresponde a una sucesión esencialmente volcánica con presencia sedimentaria. La Depresión Central tiene un ancho entre 45 y 50 km, presentando una topografía mayoritariamente plana que se eleva desde los 500 –1.000 m hasta los 1.900 – 2.300m. Corresponde a un plano de pedimentación del Mioceno, que limita de manera abrupta al Este con una gran falla regional, donde comienza la Precordillera. Las rocas de esta zona corresponden a las formaciones Azapa (Salas et al., 1966), Oxaya (Montecinos, 1963) y El Diablo (Tobar, et al. 1968) principalmente, las cuales describiremos a continuación.

Foto 1: Primera terraza marina sobre el Humedal de Playa las Machas (Costa Norte Grande de Chile). Foto2: Primera terraza marina sobre el Humedal de Ite (Costa Extremo Sur del Perú).


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Perú

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La Formación Azapa se compone de depósitos sedimentarios compuestos por gravas, arenas e intercalaciones de limos, con espesores de hasta 500 m. Constituye un ambiente en el cual los materiales se habrían acumulado en amplios abanicos fluviales y/o aluviales, llanuras aluviales , con presencia de ríos divagantes y trenzados.

Foto: Los Andes Centrales: (distribuidos entre los 5° y los 33°S, en el centro-sur del Perú, Norte de Chile, Oeste de Bolivia y Noroeste de Argentina). Se destaca la región de estudio García et al 2004: 10).

Con respecto a la geomorfología y morfogénesis del área de estudio, se reconoce que los acantilados costeros, las estrechas terrazas de abrasión, playas, la restringida plataforma continental y la proximidad de la fosa abisal, se formaron antes del Terciario Tardío y duró todo el Cuaternario.(Paskoff 1979).

En la zona meridional de nuestra región de interés (cuenca norte de la ciudad de Arica) existen en la actualidad dos fuentes hidrológicas activas. Probablemente rigieran ciertos aspectos geopolíticos de las sociedades prehistóricas en su interrelación cotidiana. El Río San José (correspondiente a la Quebrada Azapa) posee escurrimiento exorreico constante, mayormente en forma de arrastre aluvional. Sin embargo éste solo alcanza la costa en períodos de invierno altiplánico (monzón oriental de verano en el hemisferio sur). Esta fuente hidrográfica posee niveles de arrastre mineral menores que el río Lluta, sin embargo su llegada al mar se da en forma de agua aluvional , cambiando la geografía de la rada de Arica constantemente Campos, et al. 2007:41).

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En la Formación El Diablo se reconocen dos miembros; el inferior y superior. El primero está constituido por series de areniscas, limolitas , calizas semiconsolidadas con intercalaciones de tobas retrabajadas , lentes de diatomitas y sal. El miembro superior está formado por estratos de ripios y gravas semiconsolidadas con intercalaciones de areniscas.

Adicionalmente, encontramos los depósitos de la Avalancha Lluta correspondientes a bloques y megabloques (llegando a tamaños hectométricos de las formaciones ya mencionadas (Naranjo, 1993 ). La superficie de la Depresión Central se encuentra disectada por profundos cañones de hasta 1.000 metros, como Lluta , Azapa y más al sur Camarones (García et al., 2004).

Sobre los valles costeros occidentales de Arica, podemos mencionar que su génesis se produjo en el Pleistoceno Tardío, consecuencia tanto de procesos locales y foráneos dentro de las hoyas hidrográficas (Crom ,1993).

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La Formación Oxaya corresponde a una serie principalmente volcánica, compuesta por ingnimbritas, andesitas, dacitas e intercalaciones sedimentarias. Corresponden a depósitos de flujos piroclásticos asociados a grandes eventos de colapso de calderas volcánicas y otros materiales de similar naturaleza.

El ambiente corresponde a uno fluvial donde el miembro inferior representa baja energía (llanuras aluviales), mientras que el superior es un ambiente de alta energía proximal, intermedio, con causes de agua que cruzaban la cordilera de la costa hacia el Oeste y desaguaban probablemente al mar.


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El Río Lluta posee un escurrimiento exorreico constante , incrementándose en épocas de verano debido a la influencia de deshielos altiplánicos y sustributarios como el Río Azufre y las Quebradas de Caracarani , Colpitas y Socoroma. Su cuenca se define como preandina, y sus aguas se caracterizan por ser salobres y mineralmente ecotóxicas (CadeIdepe, 2004;Arriaza, 2005). Aquí es de especial relevancia mencionar que la primera terraza marina de la zona de Arica, muy probablemente desde el Morro de Arica hacia el norte, tuvo una carga de agua subterránea muy importante para las poblaciones prehistóricas. Las cargas significativas de agua dulce de Las Chimbas (afluentes de aguas subterráneas en forma de pozos naturales o áreas de humedal inclusive) han sido documentadas desde períodos etnohistóricos, siendo un importante recurso para las poblaciones costeras locales. Drenadas entre los años 1910 -1930, como parte de un plan de saneamiento del puerto de Arica, fueron consideradas focos epidémicos de gran riesgo para los habitantes de la zona. Desafortunadamente, el desprolijo manejo de esta estrategia, terminó por disecar las fuentes acuíferas, acabando con grandes áreas de cultivo frente al mar (Massa,1930).

Más hacia el norte, encontrándonos en sitio fronterizo con Perú, el territorio se caracteriza en el litoral por playas arenosas (La Yarada, Boca del Río) y cursos de agua secos, probablemente desde el final del período Pleistoceno (p.e. Quebrada Gallinazo en la frontera de Chile). En la zona septentrional nos encontramos con las desembocaduras de los Ríos Caplina, Sama y Locumba (primer sector del levantamiento de la Cadena Costera). Esta zona posee importantes yacimientos del extremo sur del Perú, y cuenta con uno de las ocupaciones más tempranas del área de estudio. Así como el morro de Arica marca la surgencia del buzamiento, el Morro Sama hace lo suyo para el sector del extremo sur del Perú. El área septentrional corresponde al departamento de Moquegua , principalmente la zona litoral de Ilo. Esta zona es importante para destacar la movilidad horizontal de las poblaciones humanas costeras, y las interacciones arqueológicas desenterradas en Maestranza Chinchorro que pueden vincularse con este territorio.

temporalmente extensa ocupación humana, configurándose incluso como una frontera geopolítica entre la cultura Tiwanaku y la cultura Wari. Remitiéndonos a la costa, el centro urbano actual lo constituye la ciudad de Ilo. Los cuerpos de agua más importantes son los ríos Osmore, Ilo y Asana, junto con la zona de acuíferos, donde destaca el humedal de Ite, en la Desembocadura del río Locumba . Una de las formaciones costeras más interesantes es el sector hacia el sur de la Península Punta Coles , donde es posible detectar tres terrazas marinas consecutivas a 25, 50 y 100 m.s.n.m., siendo la formación más baja (Pampa del Palo) una terraza marina levantada de gran antigüedad (cal. 300.000 AP). Las quebradas costeras del sur del río Ilo se caracterizan por flujos estacionales de agua en los canales de las quebradas, en contraste con la región norte del río, donde los acuíferos son la única fuente de agua potable (De France et al. 2009).

Las características biogeográficas más relevantes de esta zona son: su gran biomasa (superior a todo el sector meridional), y el reconocimiento arqueológico de una importante, compleja, y Ubicación de Maestranza Chinchorro. Se destacan los principales sectores de ocupación humana prehispánica próximos a la costa de la actual ciudad de Arica.


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Mapa Geológico de Arica y el sur del Perú, homologado por Litologías y/o Temporalidad. Modificado de Garcia et al. 2004, Hoja Arica, mapa 1:250.000, y Sanchez et al. 2000, Mapa geológico 1:100.000: Cuadrángulos de Ilo, Locumba, La Yarada, Tacna y Huaylillas .


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GEOGRAFÍA DE LA CUENCA

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NORTE DE ARICA

“(…) proyectados y dirigidos por ingenieros que nada sabían sobre paludismo, las obras de saneamiento debían fracasar, invirtiéndose grandes sumas de dinero y transformando a las chimbas, hermosos vergeles y fuentes de riquezas para pueblo pequeño como Arica, en un desierto, sin que con ello se obtuviera el resultado perseguido.” Dr. Miguel Massa Sassi, El Paludismo en Arica (1930:942). En términos prácticos, esta publicación se concentra en la zona meridional del buzamiento de la Cordillera de la Costa, entregando aquí especificamente un panorama ambiental en función del área de Maestranza Chinchorro. Pese a una prolongada y compleja ocupación humana este lugar es casi inédito en la literatura científica. Es importante mencionar el sector costero del extremo sur del Perú, pues a partir de los recientes hallazgos de Maestranza Chinchorro , la interacción longitudinal a través de la costa fue tanto más importante que los desplazamientos latitudinales ( Fladmark, 1977; Rostwoski 1986).

En la zona septentrional del buzamiento de la cordillera de la costa nos encontramos con las desembocaduras de los Rios Caplina (en buzamiento ), Sama y Locumba (primer sector del levantamiento de la Cadena Costera). Esta zona posee menos yacimientos estudiados que la zona de Moquegua, sin embargo cuenta con uno de los registros más tempranos de la región. El comportamiento de estos ríos es muy similar al Río Lluta, aunque su curso, caudal y régimen de descarga son mayores (Alva, 2010). En relación al clima, las temperaturas registradas en el área de estudio oscilan entre los 13°- 30 °C en la actualidad, siendo extrapolables estas isotermas para la mayoría del período climático conocido como Holoceno. Ahora bien, es necesario considerar que dentro del periodo del óptimum climaticum (circa 8.000– 6.000 años A.P.), éstas debieron aumentar gradualmente (Crom, 1993).La vegetación se considera de tipo desértica, pero presenta rasgos intermitentes de vegetación de tipo lomas, siendo posible encontrar en las desembocaduras de los ríos ambientes de vegas, localmente conocidas como Chimbas (Paskoff, 1979).

Los niveles de precipitación aquí son casi nulos, registrándose ciertas garúas efímeras durante el fenómeno conocido como “invierno boliviano ” (enero - marzo), período en el cual se incrementa el caudal de los ríos del área. Sin embargo “bajo los 2.500 metros , en realidad casi no hay precipitaciones útiles (…) las tasas de evaporación son demasiado altas y no permiten las acumulaciones de aguas superficiales” (Craig, 1982: 8). Dentro de los sitios arqueológicos emplazados en la actual zona urbana asociada a la costa norte de Arica, es posible encontrar recurrentemente en el registro zooarqueológico especies tales como lobo marino (Ottaria flavecens.), pelícanos (Pelecanus thagus), guanaye cormorán (Phalacrocorox bouganvilli), entre otros.


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M.Chinhorro / Pag. 23 Panorรกmica de la vegetaciรณn arbustiva en la Desembocadura del Rio Lluta (Playa las Machas).


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SANEAMIENTO DE ARICA O

LEVANTAMIENTO DE LAS CHIMBAS DESDE EL RIO S.JOSÉ HACIA EL ORIENTE

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5.44 6.27

ESTANQUE

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Cartografía (circa 1910 d.C.) vinculada al saneamiento del sector de Chimbas. En “Informe Sobre el Saneamiento de Arica” (24/09/1915) Guillermo Agüero Delgado. Restauración: Oscar Salvatierra.

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Tarso y dedos de un ave (espécimen probable: piquero, gaviota, guanay o cormorán). Sitio Borde Terraza Chinchorro – 3 (BTCH-3).

Colmillo tiburón (espécimen probable: toyo). Sitio Borde Terraza Chinchorro -3 (BTCH-3).


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Cola de una Raya (rajidae).

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Esto como parte de ajuares funerarios en forma de contenedores, siendo también materia prima de artes de pesca y en forma de cuentas de collar (Standen et al . 2004 ). Importante es destacar que “investigaciones (…) indican que poco más del 50% de las especies (malacológicas ) presentes durante el Pleistoceno Temprano (1.760.000–800.000 años A.P.) sobrevivieron hasta el Holoceno (10.000 años A.P.) y en su mayoría se encontraron en aguas poco profundas (-10 mts.), accesibles a los indígenas” (Craig, 1982:12). La ictiofauna accesible a los grupos humanos del Arcaico costero del área en cuestión fue sumamente diversa, la cual en conjunto con los otros productos marinos permitió grados de sedentarismo temprano bastante altos (Arriaza, 2003).

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En una frecuencia bastante menor se produce el hallazgo de osamentas de cetáceos y huesos de camélidos (Vicugna vicugna). Algunas tecnologías de habitación, de caza y pesca fueron elaboradas con osamentas como materia constructiva (p. e. chopes de costilla de lobo marino, arpón compuesto con barba de hueso, entre otros), siendo encontradas mayormente como artefactos asociados al ajuar funerario de las poblaciones prehispánicas. Sobre la malacofauna presente en los sitios se detecta una temprana explotación de Mesodesma donacium (Acha 2), y una constante presencia de Concholepas y Choromytilus chorus, en forma de desechos de consumo registrados en los conchales .


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ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS

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OCUPACIÓN INICIAL

La costa de los últimos valles occidentales del área Centro Sur Andina se caracteriza por una ocupación inicial de resolución moderada en términos de evidencia arqueológica (Paskoff, 1979; Lumbreras, 1981). Para este escenario una de las principales razones es el hecho de que las primeras poblaciones de cazadores recolectores finipleistocénicos pasaron por estos lugares, pero ahora bien motivados por pulsiones más bien exploratorias y heterogéneas en cuanto a la ocupación permanente de nichos ecológicos que permitieran una estabilidad para la subsistencia humana.(Santoro et al., 2011). A pesar de esto, arqueológicamente es posible encontrar evidencias de ocupación humana costera en esta Región (RingSite, Tacaguay, Jaguay, Quebrada Los Burros). Sin embargo, se presume que la gran mayoría de las evidencias finipleistocénicas de ocupación humana de esta zona estarían bajo la actual línea costera, esto debido al aumento del nivel del mar gestado progresivamente durante el actual régimen climático Holocénico.(Marquet et al., 2012).

Independiente de la cantidad de evidencia disponible, en una escala espacial biogeográfica general para la zona, existen evidencias de emplazamientos humanos en la costa andina, sentando un precedente biológico importante para discutir aspectos de interacción poblacional entre supralocalidades de la región. Ejemplos de esta ocupación son los yacimientos de Quebrada Tacahuay (12 .680 AP ), Quebrada Los Burros (11 .240 AP ), recientemente Caleta Vitor (9.460 AP) y Quebrada Tiliviche (11.260 AP). Estas adaptaciones marítimas de la transición Pleistoceno Holoceno, poseen similitudes con otras regiones (principalmente hacia el norte del Perú) y serían marginales al patrón cultural Paleoindio (relación megafauna proyectiles Cola de Pescado), generándose como parte del patrón cultural Paiján, de adaptación costera semiespecializada.(Santoro et al., 2011; Dillehay, 2011).


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Cuerpo esqueletizado de un infante (5-8 años) en posición decúbito dorsal extendida, detectado aproximadamente a unos 500 metros suroeste de Maestranza Chinchorro.

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Aparentemente, éstos últimos tienen un fuerte correlato (relativamente más tardío) a través de la costa sudamericana en general (Norte del Perú Norte Semiárido de Chile). De todas maneras, hasta la fecha se considera que el poblamiento humano de la costa de los últimos valles occidentales de Los Andes se habría dado posterior a los 12.000 AP, existiendo tal vez un hito cronológico respecto de ocupaciones anteriores debido a la conservación de yacimientos por efecto de la transgresión marítima post (Central Andean Pluvial Event).

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Así como destaca Santoro (2011: 301- 302), aparentemente en este período es posible que se dieran escenarios poblacionales sincrónicos pero diferentes en ergología. Por una parte, aquellos cazadores recolectores que se adentran en el continente americano con una tradición de puntas de proyectil conservada (como lo son las Puntas Cola de Pescado), quienes emplazados en rutas interiores continuaron cazando las taxa de megafauna por otro, aquellos que se adaptaron a la megafauna moderna y a la complementariedad marítimo costera (Tradición Maritima de la Costa del Atacama; ca. 12.000 AP).


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Cuerpo de un individuo juvenil en posición decúbito dorsal extendida, cubierto enteramente por esteras de totora. Detectado en la zona de Acha, lugar en donde se habrían emplazado las primeras poblaciones humanas de la ciudad de Arica.


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M.Chinhorro / Pag. 31 Cuerpo esqueletizado de un adulto en posición decúbito dorsal extendida, detectado en el contexto funerario Maestranza Chinchorro 2012. Presenta un cintillo de fibras animales encordadas en su cráneo, y una ofrenda hecha con restos animales a la altura de su pecho.


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CAPITULO II M.Chinhorro / Pag.

HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS

EN TORNO A LA COSTA NORTE DE ARICA

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“A orillas del mar, el valle de Arica tiene aproximadamente una legua de ancho; toda la región es árida, salvo el lugar donde estaba situada la antigua ciudad que tiene pequeñas praderas cultivadas con alfalfa, algunas cañas de azúcar, olivos y algodoneros mezclados, pantanos llenos de estas espadañas con las que se construyen las casas; luego se prolonga y se estrecha hacia el Este”. Amedé Frezier (1716:140) El entorno de la costa norte de Arica posee formidables relatos de su transformación. Para la comunidad local reciente, es un referente vinculado a la expansión urbana de Arica (acontecida a partir de la década de 1950) y un testigo más de las estrategias de desarrollo de la loable Junta de Adelanto. Podría decirse que la historia del área para los últimos 100 años cwuenta aún con una memoria colectiva activa; casi todo ariqueño/a, de alguna forma u otra, está relacionado con el Ferrocarril Arica La Paz. Casi todo ariqueño tiene algún familiar que se considere maestranzino.Paradojalmente, la historiografía del entorno de la costa norte de Arica previa a la construcción de la Maestranza Chinchorro (1910 - 1913) ha resultado difícil, debido a que se consideraban terrenos de cultivo retirados de “la ciudad” (Casco histórico de Arica). Siendo comunes las referencias a este espacio geográfico, su descripción resulta mayormente vaga; no menos coyuntural para la reconstrucción del paisaje pre-industrial del sector. En las siguientes páginas se presentan algunos antecedentes que invitan al lector a un viaje al pasado “reciente”, en donde las referencias etnohistóricas y actuales servirán de guía en el esfuerzo por imaginar el paisaje natural, cultural, e histórico de este sector llamado antiguamente Las Chimbas y Altos del Chinchorro.


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Arica, Siglo XVI. El asentamiento corresponde a la zona de las Chimbas (Ver Fernรกndez 2016: 37).


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SIGLO XVI

Uno de los primeros testimonios reconocidos por la historiografía local, son aquellos rescatados por el historiador Vicente Dagnino en su obra

Derecha: La primera edad del mundo, Adán y Eva, en un paisaje andino (Guamán Poma, 1615:22). Izquierda: La primera edad de los indios, Vari Vira Cocha Runa (Guamán Poma, 1615:48).

Estos primeros contactos habrían sido por vía marítima, y al momento de intentar aproximarse a las costas próximas al Morro de Arica, los nativos costeros ejercieron una considerable presión para mantener alejados a los primeros navegantes hispanos. “Los pescadores de la Quiaca y Los Altos después llamados de Juan Diaz vararon a toda prisa sus balsas de cuero de lobo y encontrándose en el puerto, al pie del morro; los Guaneros de la Isla del Alacrán recurrieron en sus chozas de caña y barro las echas, las hondas y las hachas de cobre , y todos se apercibieron a la defensa contra aquel fantasma siniestro, que sin duda gobernaban los odiados invasores .

Así, cuando los tripulantes de la nao (sic) bajaron a tierra para procurarse agua y viveres, los altaneros ariqueños tendían sus filas en la playa, resueltos a impedírselo. Tan hostil actitud era inespicable para los afligidos navegantes. En efecto, al darse a la vela en el puerto de la Ciudad de los Reyes, aunque sin intención de hacer escala, debieron suponer que en tal evento las tribus costaneras los auxiliarían con sus recursos. Por desgracia, diez días después de su partida, en Enero de 1536, el Inca Manco, hastiado del poder ilusorio a que los castellanos lo habían reducido, huyó al Cuzco, sublevó la Comarca, sitió la ciudad, y la rebelión cundió en todo el país hasta hacer temblar a los Pizarros. Los Chasquis de Manco, heraldos de la guerra, habían llevado la noticia por el ámbito del imperio, y puesto en armas a los tacneños y ariqueños” Vicente Dagnino (1909:5-9).

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Al respecto, el arqueólogo Álvaro Romero destaca: “(…) estas comunidades pudieron compartir una cosmovisión y una lengua. Los antecedentes lingüísticos señalan que lo más probable es que la lengua preponderante de estas comunidades haya sido el puquina” (op.cit.2015:2).

“El Correjimiento de Arica” (1909). Al referirse al panorama de contacto hispano - amerindio, es posible rescatar un escenario de poblaciones nativas costeras que habitaran el borde costero beligerantes hacia los europeos colonizadores y con cierta autonomía de los mitimaes inka o poblaciones altiplánicas (Romero, 2015).

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A manera de preámbulo, puede reconocerse que las costas ariqueñas en tiempos protohistóricos estuvieron pobladas por grupos de pescadores con sofisticadas artes de pesca, así también ricas expresiones simbólicas con relación a su identidad cultural. Reunidos bajo el título “Cultura Arica” (Bird, 1943[1988]; Munizaga, 1957; Dauelsberg, 1982) se desarrollaron muy probablemente bajo una figura sociopolítica descentralizada, en donde el liderazgo de los grupos haya sido adquirido mediante la ostentación material e inmaterial, así también mediante alianzas matrimoniales (Santoro et al., 2004).


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A todas luces, el año 1536 fue uno de signicativas y beligerantes respuestas de los nativos del evanescente Tawantinsuyu. Precisamente, y por motivos de su poco exitosa empresa conquistadora en tierras del sur, Diego de Almagro decide retornar a tierras peruanas, no sin antes pasar por un constante hostigamiento indígena. Respecto del primer asentamiento exitoso de poblaciones hispanas en Arica, este sería durante el mes de diciembre de 1536, una vez que Juan de Saavedra soldado de Almagro lograra asegurar el terreno para sus compañeros de armas ; “Ya cerca de Arica, mandó avanzar con tropas a Juan de Saavedra, quien levantó el curioso bloqueo de la nao (sic ), dispersó a los rebeldes, y preparó, al abrigo del morro, el deseado reposo <<a los de Chile >>” (Dagnino, 1909:6). Sobre el asentamiento permanente de los hispanos en Arica, si bien el cronista Cuneo Vidal comenta que el Acta fundacional de la ciudad sería falsa, Dagnino menciona que en enero de 1540 se entrega una encomienda a Lucas Martinez Vegazo que iba desde Ilo a Tarapacá.

A su vez sería entregado un repartimiento a Pedro Pizarro y Hernando de Torres que comprendería las tierras de Arica (op. cit). La ubicación de este primer asentamiento hispano (que contendría un astillero) se habría dado cercano a la desembocadura del Río San José, puesto que a que es muy probable que la zona del Morro de Arica haya estado fuertemente poblada por grupos nativos. Adicionalmente, tomando en cuenta que Lucas Martínez fuera uno de los primeros fabricantes de barcos del sur del Perú, el emplazamiento en esta zona de humedales con una carga de frondosa vegetación respondería a las pretensiones de los primeros hispanos asentados en Arica (Romero, 2015; Fernández com. pers. 2015). En relación a los datos etnohistóricos sobre lideres nativos, las crónicas rescatadas por Dagnino mencionan que “(...) el cacique de la comarca del morro se apellidaba Ariacca (...) el principal de Azapa se llamaba Huacocan” (Dagnino 1909 :8).

También hace mención a el Ayllu de pescadores del cacique Ariacca, tendría un principal llamado Armano, y que aparentemente otro grupo de pescadores tendría un principal llamado Machina . En el año 1545, Diego Huallpa descubre las minas de Potosí, con lo cual el puerto de Arica adquiere relevancia para las operaciones mineras de los conquistadores europeos. Siendo la ruta natural para el transporte de la plata potosina en este período , por decreto del rey Felipe II, en 1570 Arica es oficializada como ciudad . Se estima que para fines del siglo XVI la naciente ciudad contaba con 200 habitantes hispanos , una iglesia y un hospital (de los religiosos de San Juan de Dios). Se informa también que “Los primeros azogues que vinieron de la península en el buque San Cristóval, para transportarlos al interior del Perú y Potosí, fueron desembarcados en el Puerto de Arica en el año de 1574” (Soldán, 1862: 308).

Mapa del libro Theatro del Orbe de la Tierra, de Abraham Ortello (1570). Se observa Arica, en la obra considerada como el primer Atlas del mundo moderno (cf. Dagnino, 1909:19).


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Durante el verano de 1579, el Corsario inglés Sir Francis Drake en su embarcación llamada “Golden Hind”, tras apoderarse de un cargamento de plata en un puerto de Tarapacá, arriba a la ciudad de Arica, donde se apodera de tres embarcaciones que estaban desprotegidas en dicho puerto.

“(...) desde aquí zarpamos a un lugar llamado Arica; y, entrando en el puerto, encontramos ahí tres pequeñas barcas. Las cuales saqueamos, encontrando en una de ellas 57 cuñas de plata, cada una de ellas pesa alrededor de 20 libras, y cada una de estas cuñas tenia la forma y tamaño de un ladrillo (brickbat). En ninguna de estas tres embarcaciones encontramos personas. Ellos, con ando en que no habrían extra- ños, se fueron a tierra hacia la ciudad, que consistía en cerca de 20 casas; la que habríamos saqueado si nuestra compañía habría estado mejor y mayor en número. Pero nuestro General, contento con el espolio de los barcos, dejó la ciudad y zarpó nuevamente al mar, rumbo a Lima (...)”. Pretty (1910 [1580], traducción del autor).

Enterado de la buenaventura de Drake en los mares del sur, Thomas Cavendish, un “joven noble, cortesano y derrochador”(Dagnino, 1909) zarpa desde Plymouth en el año 1586 en la nave Desire. Su paso por Arica quedara registrado nuevamente por Dagnino, quien comenta: “(...) cerca de Arica capturó a principios de Mayo un barco con vino, i otro que hizo tripular. No se atrevió a desembarcar en el puerto , porque los ariqueños le parecieron bien preparados; sin embargo, mandó a tierra un parlamentario a proponerles el rescate de esos barcos. La respuesta fue: Nada de rescate! Arreglemos cuentas de otra manera. Cavendish, en consecuencia, incendió las presas i siguió al norte.” (Dagnino, 1909:20).

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Sobre las aventuras y desventuras que involucran piratas y bucaneros, existen registros puntuales sobre eventos de captura de embarcaciones, robos de carga y algunos enfrentamientos. Éstos habrían acontecido durante la segunda mitad del siglo XVI. Sus protagonistas habrían sido Sir Francis Drake, Thomas Cavendish, William Bollaert, Richard Hawkings, John Watling, Dampier, entre otros (ver Fernández, 2016).

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Mapa de Theodor de Bry (1592). Uno de los primeros mapas exclusivamente de Sudamérica, ya destacan la presencia de Arica..


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Notoriamente preocupados , el Virreinato del Perú le toma importancia a las informaciones sobre piratas , corsarios y filibusteros. En respuesta a las advertencias de la presencia de barcos de las expediciones de Simon de Cordes y Oliver van Noort , el Virrey Luis de Velasco despacha dos flotas en enero de 1600 compuestas por 8 naves y 1119 hombres ; éstas fueron parte de la famosa Armada de la Mar del Sur. La primera tuvo como objetivo patrullar las costas de Chile, y la segunda esperar cerca de Pisco a cualquier embarcación enemiga que evitase o escapara el obstáculo inicial.

Para suerte del virrey, en esta ocasión el despacho fue todo un éxito, debido principalmente a que una defensa en contra de los holandeses fuera innecesaria, ya que éstos venían con otros objetivos, replegando hacia el norte a la costa chilena sin siquiera hacer contacto con el enemigo (Bradley, 1979:157).

bahía, cercana a la ciudad habiéndola descubierto, divisamos una pequeña barcaza, encalmada cerca de la orilla. Manejando nuestro bote, la tomamos, y estaba cargada con pescado, de Moromereno (sic); la cual es una buena cabecera de tierra, muy alta, que yace entre 24o – 25o, en donde ordinariamente algunas barcazas van a pescar cada año1.

A fines del Siglo XVI, el asunto de la piratería se acrecentaba. Richard Hawkins, honorable corsario inglés interesado principalmente en la geografía, en el año 1594 ejecutó un par de asaltos exitosos en Arica, los cuales registrara en sus bitácoras:

El virrey desde el principio de la operación pudo connotar los problemas en relación a descubrir las andanzas de cualquier intruso, asi también tuvo que asegurar el despacho anual de plata desde Arica hacia Panamá. Debido a esto, la flota de Pisco tuvo que desplegarse en marzo, pues las transacciones comerciales comprometidas en el Callao y el propio viaje de la plata hacia Panamá debían completarse a tiempo para la feria de Portobelo, llevada a cabo a finales de julio.

“Moviéndonos a través de la costa hasta que llegamos a algunas ligas de Arica, nada de extraodinaria naturaleza nos ocurrió, ya que tuvimos una favorable brisa, la cual sus cintamente ocurrió en este clima; encontrándonos a los 19°, sondeamos la costa desde muy cerca, con el propósito de ver si es que había algún cargamento en el camino de Arica. Se yergue en una gran y larga bahía, hacia los 18° antes de acceder a ella, hay una gran cima redonda, más alta que el resto del terreno de la

En la barcaza había un Español y seis Indios. El Español, debido a que estaba cerca de la orilla, nadó hacia las rocas y aunque ofrecimos retornarle la barcaza y los pescados (como era nuestra intención), el rechazo nuestra oferta, y nos hizo responderle, ya que el no se atrevió, por miedo a que la justicia lo castigara. Frente a tal sometimiento están los pobres hacia quienes administran la justicia en aquellas partes, y en la mayoría de las partes de los reinos y países sometidos a España. Hasta el punto que, escuchar sobre la justicia y que entre a sus puertas, es para ellos destrucción y desolación por esta razón lo tomamos para que viaje con nosotros.” Richard Hawkins, Sección XLVI (1622:169)

Mapa de Pieter Van Der (1707) que grafica la travesía de Thomas Cavendish, donde queda registrada la ciudad de Arica.


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Mapa de Basil Ringrose (siglo XVII, circa 1682).


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Dentro de sus crónicas es posible rescatar algunas ideas sobre la moral piratesca de entonces; consejos geográficos y algunos episodios bastante interesantes, como accidentes por armas sobre cargadas, entre otros. En términos etnohistóricos, la obra de Hawkins ha sido recientemente valorada por su registro de nativos que cruzaron su camino. Cabe decir que ésta denota el eurocentrismo de entonces, sobretodo el maltrato por parte de los españoles hacia los naturales del Nuevo Mundo:

Los españoles profitan de su labor y viajes, y los recompensan malamente: están en peores condiciones que sus esclavos, ya que a ellos les proveen sustento, hogar, y ropas, y les enseñan el conocimiento de Dios: pero a los otros los usan como bestias, para hacer su labor sin pago, sin cuidado de sus cuerpos o almas.” Richard Hawkins, Sección XLVII (1622: 170)

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Los Indios que tomamos aquí, no querían separarse de nosotros, sino que deseaban ir con nosotros a Inglaterra, diciendo que el Indio y el Ingles eran hermanos; y en todos los lugares a los que llegamos, se mostraron muy aficionados hacia nosotros: estos eran nativos de Moremoreno, y los más brutos de todos los que he visto; y exceptuando su forma de hombre y habla, parecían todos juntos ser hombres razonables.

Su país está mayormente estéril, y pobre de comida. Si toman un pescado del mar, o consumen una pieza de pescado salado, lo devoran sin modales, debido a que lo saborean como si viniese muy preparado, todo esto me hace pensar que ellos se sustentan de lo que capturan en el mar.

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“Habiendo visitado nuestras presas, encontrando nada más que pescado en ellas, tomamos una pequeña porción para nuestra victoria, y le dimos el barco más grande a los españoles de nuevo, tomando lo menos posible, para hacerlos nuestros “pinnas”.

Eran expertos nadadores; pero luego de los modales de los españoles, ellos se sumergieron y se zambulleron bajo el agua por largo tiempo, tragando el agua del mar como si fuese de un rio fresco. A menos que un hombre los vea, el difícilmente creería como continúan en el mar, como si fueran sirenas, y el agua su elemento natural.


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SIGLO XVII

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En los inicios del siglo XVII se registran importantes eventos político religiosos y al menos dos catástrofes naturales de tal magnitud que han quedado registradas en importantes fuentes etnohistóricas. Durante el mes de febrero de 1600, en las proximidades de Moquegua, el volcán Huaynaputina hace erupción , devastando gran parte de la zona sur del virreinato del Perú. Este hecho quedó consignado en la notable publicación del cronista mestizo Guaman Poma de Ayala (1615 ). Tal fueran las consecuencias del fenómeno que dicho cronista registra la villa de Arica bajo una lluvia de cenizas. “Esta dicha uilla de Arica y puerto de Potocí y de la ciudad de Ariquipa es una uilla y puerto prencipal del seruicio de Dios y de su Magestad.Y tiene el tenple calor y frescura de la mar y uilla rrica de Potocí, oro de Carauaya. Y tiene mucha comida de Cochabamba y uino y poca carne y de mucho pescado y de fruta y buena gente, noble, gran seruidor de Dios y de su Magestad, gente el y cómo se defendió de los yngleses en el dicho puerto y uilla. Y son eles y cristianos de mucha caridad, amor de próximo y tiene pulicía y cristiandad, yglecias. Y en ello no auido sospecha ni trayción ni rebuelta ni mentiras ni auido jueses ni an cido castigado ni an parado traydores en su destrito. Y ancí no le quiso consentir parar a los dichos yngleses. Y entre ellos se quieren y se aman como ermanos; ellos como las señoras y hijos son bien criados y doctrinados y obedesen todo lo que les manda la santa yglecia de Dios y de su Magestad. Ellos como los saserdotes no se mete en cosas de la justicia. Y tienen umildad y no auido pendencias ni cuchilladas ni que le aya xurado falsamente, para que la justicia le condene a los pobres pecadores en esta dicha uilla de Arica”. Felipe Guamán Poma de Ayala (1615:1064)


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“LA VILLA DE ARICA tanbién fue cubierto de seniza del bolcán toda la cordellera de la mar” (Guaman Poma, 1615:1063).

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En el libro “Historia Sísmica de Los Andes Meridionales”, el célebre sismólogo y fundador del servicio sismológico de Chile, Conde de Montessus de Ballore (1911-1916), siguiendo el descubrimiento de un documento inédito por parte del señor Dagnino (1909), describe cerca del 24 de noviembre de 1604 un gran terremoto y tsunami ocurrido en Arica. Antes de esto (1603), menciona una salida de mar en la ciudad que habría arrasado con el Archivo de Arica, perdiéndose invaluables testimonios previos (op cit. 10). Sobre el “terremoto de temblores” tanto Dagnino como Monstessus de Ballore dan cuenta de la masiva destrucción causada por el evento, informando que sería dicha catástrofe la causal de nitiva para cambiar el emplazamiento de la ciudad hacia las faldas del Morro proceso encargado por el corregidor Ordoño de Aguirre (M. de Ballore , 1911-1916 ; Dagnino 1909 ). Cabe destacar que, en el lapso de 60 años, las poblaciones indígenas costeras desaparecen de manera casi absoluta de las crónicas, evidenciando el cisma cultural que provocó el arribo de occidente al continente americano (Romero, 2015).


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“LA CIVDAD DE ARIQVIPA: Rebentó el bolcán y cubrió de zeníza y arena la ciudad y su juridición, comarca; treinta días no se bido el sol ni luna, estrellas. Con la ayuda de Dios y de la uirgen Santa María sesó, aplacó” (Guamán Poma, 1615: 1061).


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Durante el mes de julio de 1615, el pirata Joris Van Spilbergen comenta en sus crónicas una acabada descripción del tráfico y la importancia de Arica para el transporte de los minerales potosinos, generando gran especulación en torno a virtuales asaltos a la ciudad. Como queda explicitado en sus registros “(…) El primero de Julio, navegamos a través de la costa hasta el atardecer, en donde esperamos las órdenes de no pasar por la villa de Arica (…) en esta villa hay una gran montaña y en su ladera una extensa villa, consistentes de muchas casas, y hacia el otro lado un placentero punto verde plantado con todo tipo de árboles, entre ellos, naranjos y cipreses (…) al no encontrar barcos o galeones para la carga de plata, levamos anclas y nos dirigimos hacia el mar” . (Villiers, 1906: 65-66).

Dos aspectos son importantes aquí por un lado el hecho de que Arica ya sea reconocido como un punto fuertemente resguardado, por otro que probablemente el “placentero punto verde” se trate de los Altos del Chinchorro o la desembocadura del otrora denominado río de Juan Díaz (actual río Lluta). El día 16 de septiembre de 1615 otra gran catástrofe telúrica se registra cercana a la medianoche. El movimiento sísmico se habría sentido en Tacna y la puna de Arica, siendo muy afectados nuevamente los edificios reales, eclesiásticos y habitacionales de la ciudad. Estos movimientos habrían continuado por varios días, pero como se establece en documentos de la época, al menos en Arica no se habrían dado bajas humanas (M. de Ballore, 1916: 16-18). Hasta mediados de este siglo, las informaciones recabadas resaltaban el deterioro de las construcciones causadas por las respectivas catástrofes, así como los conflictos comunicativos entre corregidores poco contentos con sus remuneraciones, y funcionarios de más alto rango del virreinato.

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En este contexto, existen registros de que algunos de los primeros funcionarios oficiales hispanos solicitarían aumento de sueldo, debido a que “(…) cuanta es la miseria i cortedad de los salarios de nuestros oficios i cuan trabajosamente pasamos con ellos, la demasiada necesidad nos obliga a V. Ex.ia que ochocientos pesos ensayados que cada uno tenemos al año no es suficiente para sustentarse en esta tierra el hombre mas humilde de ella; pues, como es notorio, este lugar es el mas caro, incómodo i el mas desabrido i enfermo temple de todo el reino; i en donde un negro esclavo gana de jornal doce reales al dia; i que en solo arrendamiento de casa i paga de médico i botica i otras menudencias (!) gastamos mucho mas (…)” (Dagnino, 1909: 47).

Con este relato es posible afirmar dos aspectos relevantes la presencia regular de esclavos africanos y el inicio de los relatos que hablan sobre Arica como una ciudad carente de buena salud, aspecto que será remarcado sobretodo por las crónicas hispanas.

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Avanzando en el tiempo, y como se menciona anteriormente, se registran para Arica la presencia de un templo mercedario, una iglesia mayor, y un hospital, encargado a los Hermanos de San Juan de Dios (Vial, 1984:31).Para estos momentos, la vida social de Arica presenta un escenario de comercio ascendente, y de gran importancia como puerto de carga esencial en la explotación minera ejecutada en territorios bolivianos.


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Sabiéndose a nivel mundial la importancia que Arica poseía para el tráfico minero potosino, la piratería no habría cesado y muy por el contrario, la última parte del siglo XVII habría sido testigo del episodio piratesco más significativo de esta región. Bartholomew Sharp consignaba en su diario las andanzas pirastescas de su grupo que visitaba por primera vez Arica en 1680 pero sin dar asalto a ésta, al parecerles bien resguardada. Una vez trasladados a la Isla Juan Fernandez, su tripulación se amotina, nombrando Comandante a John Watling. En desencanto con la idea, Sharp pasa a ser parte de la cofradía, El nuevo comandante y su tripulación, producto de la codicia y el desperdicio de las ganancias de sus andanzas, deciden atacar Arica y hacerse con las riquezas que supuestamente este puerto contenía. La historia demostrará que fue craso error: “Domingo 30 de Enero. Siendo el día de la conmemoración del aniversario del martirio del Rey Carlos V (…) aterrizamos a nuestros hombres, y avanzamos hacia la ciudad de Aryca, pero a medida que avanzábamos dividimos a nuestros hombres [92] en dos grupos, 40 designados al fuerte, y el resto hacia la ciudad.

Cuando llegamos cerca de la ciudad, divisamos un gran número de hombres en una plana playa arenosa, disparando al contingente que se dirigía a la ciudad, y nuestros hombres devolvieron la descarga, continuando su dirección; al vernos involucrados, el otro contingente que se dirigía al fuerte, se apresuraron a bajar el cerro, con un grito exclamando <<ellos corren ellos corren>>, entonces dispararon en su flanco, haciéndolos correr a salvaguardarse, y con toda la prisa que pudieron, se metieron en sus parapetos. Cuando los enemigos fueron reunidos en un solo cuerpo, el enemigo nos disparó con su cañon de manera enérgica sobre nosotros; entonces resolvimos atacar sus parapetos, los cuales se ubicaban rodeando su fuerte, nosotros dimos un astuto asalto a estos, considerando que estábamos en campo abierto, vulnerables a su fuego estando ellos seguros en sus puestos, debido a esta ventaja, mataron a varios de nuestros grandes hombres (…) Esto los mantuvo ocupados hasta que nuestros hombres en el frente comenzaron a tronar el muro; sobre lo cual ellos gritaron por refugio, lo cual nuestro incauto comandante desestimara, probando esto ser la ruina de nuestro designio.”

Desde aquí avanzamos a la ciudad y la tomamos, desde aquí ya no teníamos mas que hacer sino dar un asalto general al Fuerte, pero el Capitan Watling retraso su tiempo, en el parapeto en donde se quedo para dar refugio (…) En tanto el Capitan marchó hacia la ciudad con sus prisioneros y nos llamó a reunirnos, y en cuanto llegamos, nos dimos cuenta de que teníamos más prisioneros que hombres nuestros. intrépidamente nos pusimos bajo las paredes, y empezamos a tirar por encima nuestras granadas de mano, cosa que resultó mal ya que eran totalmente inservibles. Mientras estábamos bajo el muro, y consultando como debiéramos ponernos por encima de ellos, a pesar de que un prisionero nos dijo que había 300 soldados del Rey en el garifon. Las personas del país se pusieron tan rápido sobre nosotros, que no pudimos hacer nada bien en el fuerte, por lo que nos retiramos hacia la ciudad. En esta acción el capitán Watling fue baleado en los riñones, y murió; y sumado a nuestras perdidas y decepciones encontramos tanto la ciudad como los parapetos retomados por las personas del país, los cuales mientras nos encontrábamos involucrados en batalla salieron del fuerte hacia


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nosotros, viéndonos forzados a desechar nuestro intento sobre la ciudad, llevándonos a campo abierto, dejando a nuestros doctores y algunos de nuestros hombres heridos atrás en el hospital.

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Cuando llegamos a campo abierto, vimos tal pequeño puñado de hombres nuestros y a los caballos de nuestros enemigos rodeándonos, tomamos a nuestro hombre herido al centro, y nos formamos en círculo o anillo, haciéndonos paso peleando. Ningún hombre nos ofreció escapar, por tanto, marchamos hacia nuestros botes, con nuestros corazones pesados, pensando que habíamos dejando tanta plata detrás nuestro.

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John Watling ajusticiando a un anciano indígena en Iquique, quien le advirtió que Arica era una plaza fuerte. Un nativo sabio (Exquemelin, 1700:200).


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Excavaciones yacimiento Maestranza Chinchorro 13 de Agosto de 1997


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Este Aryca se ubica en un valle muy placentero al lado del rio, y es el embarcadero del tesoro proveniente de las minas de la montaña de Potosí, es un buen puerto, seguro, yace a 18 20” latitud sur, y posee un aire saludable, las personas son de buena complexión y estatura. Las montañas en la ciudad dan buena sal, la cual los habitantes excavan en tortas de 100 pesos por pieza. Hay un buen puerto. Cerca de las nueve de la noche pudimos abordar.

Existiendo aún personas ancianas que habrían sufrido el espantoso tsunami de 1604, los pobladores se trasladaron súbitamente hacia las seguras alturas del Morro; en esta ocasión no se dió una salida del mar. El fuerte, de gran su eficacia para repeler invasores, seria uno de los edificios más golpeados. A costas de la Real Caja raudamente las autoridades comisionan al capitán don Matías de Rivera para su reparación (Montessus de Ballore 1911-1916:23). Sobre el paso de otros piratas y filibusteros la historia es nebulosa. Sin contar con documentos conocidos que corroboren un nuevo asalto a la ciudad, existen registros de adquisición de pólvora para ello cerca de la última década del siglo XVII.

Basil Ringrose, enero de 1680 (en Ayres, 1864:52-60)

Izquierda: Indio en traje de gala de los Llanos que incluye Arica (Diego de Ocaña 1605: 34). Derecha: India en traje de gala de los Llanos que incluye Arica (Diego de Ocaña 1605: 34).

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Posterior a este fantástico episodio, ocurriría algo que será recurrente en la historia total de Arica; al decir de Dagnino “Corsarios i terremotos han llegado juntos a Arica” (1909:141). El día Lunes 10 de Marzo de 1681, mientras la población celebraba el triunfo sobre Watling y sus filibusteros, ocurrió un fuerte terremoto con consecuencias notorias para las construcciones de Arica.

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Sin perjuicio de ser tan pocos, y estos pocos casi ahogados de querer agua, ya que habíamos estado comprometidos desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde, no lograron romper con nuestro contingente, que a estas alturas constaba de 47 guerreros, siendo ellos al menos 1200 en campo abierto, más los del fuerte, la ciudad y los parapetos; y nuestras canoas yacían a tres millas de la ciudad.


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SIGLO XVIII

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Durante el siglo XVIII visitaron Arica personajes que desde la ciencia dejaron un rico testimonio. A partir de su corta estadía en la ciudad, Luis Feuillée (1710) y Amedé Frezier (1713) realizaron interesantes descripciones y observaciones astronómicas, geográficas, zoológicas y etnográficas, permitiéndonos en la actualidad ahondar en las especificidades del territorio de antaño. Según consigna Dagnino (1909), el Abate Luis Feuillée permaneció en Arica cerca de 20 días en total entre los meses de mayo y octubre del año 1710, hospedándose en un convento franciscano a las afueras de la ciudad, presumiblemente en el sector de las Chimbas. “las minas, mas que los frutos de la tierra, atrajeron al conquistador; pero en la boya ocasional de la veta daba vida efímera al lugarejo. La fertilidad del suelos prevaleció; los españoles se congregaron, junto al indígena, en las márgenes del arroyo; y la iglesia, empinándose sobre las pircas i los ranchos de tapia i de torta (sic), los destacó la historia, como en el verde engaste i la arenosa loma” Luis Feuillée (1714:25)

Por otro lado, Amedé Frezier, explorador francés reconocido por sus aportes naturalistas y geográficos, visita la ciudad el año 1713. Famosa es su discusión referida a observaciones astronómicas y geográficas con el Abate Feuillée; siendo de gran implicancia sus referencias al entorno de la costa norte de Arica: “A orillas del mar, el valle de Arica tiene aproximadamente una legua de ancho; toda la región es árida, salvo el lugar donde estaba situada la antigua ciudad que tiene pequeñas praderas cultivadas con alfalfa, algunas cañas de azúcar, olivos y algodoneros mezclados, pantanos llenos de estas espadañas con las que se construyen las casas; luego se prolonga y se estrecha hacia el Este” (Frezier: 1732:140). Las observaciones de Frezier son bastante esclarecedoras respecto de lo agreste que fuera para el emplazamiento la zona de las Chimbas y territorios costeros más hacia el norte de la costa ariqueña. Otra observación interesante se refiere a la abundancia de fauna en el sector. Frezier menciona:

Plano “Plan de nueva Población en la ciudad de Arica, con el nombre de Carolina Peruana”, proyecto no ejecutado que buscó reubicar Arica en la terraza en donde se emplaza maestranza Chinchorro (Álvarez y Ximenez, 1793).


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“(…) yo por mi parte, no soy de esa opinión pues realmente las aves marinas son tan numerosas que podría decirse, sin exagerar, que aveces oscurecen el aire; se las ve en la Bahía de Arica, en bandadas infinitas, reunirse todas las mañanas a eso de las diez y todas las tardes a eso de las seis para sacar los peces que en esas horas están a flor de agua, donde practican una especie de pesca regular” (op. Cit: 137).

Cerca de finales de siglo, la costa norte de Arica tomaría protagonismo a partir de un plan que modificaría el emplazamiento de la ciudad, ubicado ya en estos tiempos bajo el alero del Morro. En un documento denominado “Plan del Puerto de la Ciudad de Arica” Antonio Álvarez y Ximénez, -gobernador intendente de Arequipa- planteó “una reconstrucción total de ella en un territorio más seguro” (Fernández 2016:374).

En las postrimerías del siglo XVIII, franceses y británicos emprendieron fructíferas empresas científicas, que muchas veces fueron el disfraz de motivaciones militares y de espionaje como es el caso de Frezier. Independiente de esto, España vió cómo quedó relegada respecto a estos hitos históricos. Al respecto, el Capitán de la Real Armada de Cádiz, Alejandro Malaspina, junto con Jose Bustamante y Guerra fueron encomendados por Carlos III para realizar un gran viaje científico, reclutando y disponiendo para ello de grandes recursos.

Lo anterior buscaba ubicar la ciudad en la “Pampa del Astillero” en donde alguna vez se emplazó el astillero de Lucas Martinez Vegazo, que cuenta con apropiados terrenos para proteger a la ciudad de embates como la catástrofe de 1604. El completo plan de movilización de la ciudad hacia las “Lomas de Condorillo” finalmente no se llevó a cabo, pero nos refiere a las provechosas condiciones de la primera terraza marina del sector costero norte de Arica.

Su paso por Arica quedó registrado en Mayo de 1790, destacando las observaciones antropológicas y geográficas de la ciudad hechas por uno de los miembros de la expedición, el uruguayo Francisco Xavier de Viana (Fernández, 2016: 334).

Mapa elaborado por Louis Feuillée (1707-1712: 606). Destacamos: A) “El gran morro donde los indios efectuaban sus sacrificios”. D) “El Convento de San Francisco, en las afueras de la ciudad”. E) “El Trapiche azucarero”. (ver Fernández 2016: 298).


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SIGLO XIX

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Los aires de independencia americana hacen eco en todas partes del continente, y Arica no deja de tener episodios destacables. El secretario del famoso marino Lord Thomas Cochrane, Sr. William Bennett Stevenson, se refiere a la toma de Arica por parte de las fuerzas fieles a la causa de la libertad sudamericana (Fernández, 2016: 386). Cerca del año 1822, la expedición francesa a cargo de la fragata Clorinde realiza excelsas observaciones geográficas, en donde destaca lo siguiente: “Hacia el morro la costa cambia de dirección se desvía hacia el noreste por un espacio de dos millas y enseguida toma una dirección y està bordeada por gruesos farellones hasta la desembocadura del Juan Díaz. También la costa y las tierras altas del interior cambian de aspecto en las cercanías del morro de Arica; a continuación de tal lugar y hasta las cercanías del morro de Juan Díaz, la costa es

baja y el terreno se eleva en una pendiente suave hacia un altiplano con escasos arboles que llaman la pampa de Arica. La parte de tal altiplano que se encuentra hacia arriba de la ciudad es escarpada y conforma una garganta que se llama valle de Azapa. Allí las arboledas son densas al igual que en las riberas de dos pequeños flujos señalados en el mapa” (op cit., en Fernández, 2016: 417) Otro dato interesante referido a la costa norte se desprende de los escritos del célebre militar y científico Teniente James Melville Gillis, quien fuera encargado de la misión científica norteamericana que pasaría por Arica en el año 1849. Luego de una detallada descripción de la ciudad y algunas interesantes referencias a las prácticas de anticuarios y saqueadores de tumbas, menciona algo muy interesante, que tal vez guarde relación con nuestros actuales hallazgos en la costa norte de Arica.

Plano levantado por la Expedición de la fragata Clorinde en 1822 (Fernández, 2016:416). Nótese la presencia de vegetación a lo largo de la franja costera y de un considerable humedal (chimbas del actual Campus Velázquez, UTA) en la desembocadura del Río Azapa (actual San José).


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“A unas diez millas de la ciudad existe otro lugar que se supone que haya sido para entierros y tal lugar jamás ha sido disturbado. Probablemente sabremos de algunas investigaciones etnológicas una vez que se concluya el ferrocarril a Tacna” (Gillis, en Fernández 2016:466). Esta discreta frase, podría referirnos quizás justamente a que en las amplias explanadas y chimbas de la costa norte, se tuvo conocimiento de cementerios indígenas prehispánicos. Hitos importantes de este siglo lo constituyen la construcción del ferrocarril Arica-Tacna (1855), la instalación de la aduana de Arica por parte de la compañía británica Bellhouse & Sons), el telégrafo entre Arica y Tacna (1866) y dos importantes eventos telúricos con posteriores tsunami (1868 y 1877). Cabe destacar que durante el año 1866 se publica un censo de la ciudad de Arica, registrándose 33 habitantes viviendo en las Chimbas (Galdames, Ruz y Díaz, 2008).


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M.Chinhorro / Pag. 61 Vista General de Arica. Atlas Geográfico del Perú (Soldán, 1865). Litografía con perspectiva desde las Chimbas.


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“En cualquier parte en donde un curso de agua proveniente de la cordillera llega a la costa, aparece vegetación densa por donde el agua pueda correr; la descomposición de esta materia vegetal produce tercianas1 o fiebre” (Bollaert, 1860: 151).

Grabado de William Bollaert desde las Chimbas (1854).

“ El navío a vapor estadounidense afortunadamente fue desplazado por las olas y dispuesto al pie de un escarpe, y se perdió solo una vida; pero el América fue fuertemente impactado, perdiendo su mástil principal, armas , y ochenta de los hombres que vieron la seguridad en el aparejo se perdieron . Parece haber sido arrastrada alrededor de 200 yardas por la ola en retroceso . Deambulé por el navío naufragado y traté de concebir la escena de horror. Yace a dos millas al menos desde donde estuvo anclada , y alrededor de la mis- ma distancia hacia el norte de la ciudad , en un lugar donde anteriormente se emplazara un exquisito jardín” (op cit. 1878:217).

La suerte de Arica siempre se ha visto interrumpida por catástrofes naturales o humanas. Poco después del evento de 1868 , vuelve a ocurrir una desgracia de similares magnitudes : durante el año 1877 acontece un gran evento telúrico y subsecuente tsunami . William Taylor , misionero norteamericano, registra su corta visita a Arica haciendo mención a nuestra área de interés de la siguiente manera: “Unas tres millas al norte se divisa sobre la árida planicie el buque de guerra estadounidense Wateree. Como una maravilla en esta tierra desértica se distinguen entre los límites septentrionales de la ciudad algunos pocos acres de tierra de jardines cubierta con productos vegetales y con una variedad de árboles de frutas tropicales. Las aguas infiltradas de un río invisible que busca su camino subterráneo son capturadas por medio de norias que utilizan los jardineros.” William Taylor, 1878 (Fernández, 2016: 562).

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El dia 23 de agosto de 1868, se registra una catástrofe natural considerable . Un terremoto magnitud 9.0 generó rupturas entre 600 y 900 kms de extensión , desatando olas de tsunami considerables que destruyeron la ciudad y cobraron la vida de centenares de personas.

Si bien existe una acabada literatura sobre este evento (Fernández, 2010) rescatamos la crónica efectuada por el historiador James Douglas Jr. (1878 ). Documentando su viaje por las costas de Sudamérica , se refiere al navío de guerra USS Wateree que se desplazara alrededor de 1 milla desde la línea costera.

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William Bollaert, excelso químico y explorador holandés, recorrió incansablemente gran parte del territorio del norte de Chile, Bolivia y Perú, entre 1825 y 1854, visitando Arica. Este viajero nos deja una descripción sucinta pero bastante reveladora respecto de las condiciones ambientales del sector de las Chimbas de la costa norte de Arica . Al respecto, comenta:


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Familia Crosa disfrutando de la Aguada (Donaciรณn Familia Crosa)


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M.Chinhorro / Pag. 65 Aguada en Playa Crosa (Actual Hotel Bahía Chinchorro). Chimbas de la costa norte de Arica. Hacienda Crosa (Donación Familia Crosa)


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Excavaciรณn Maestranza Chinchorro, 13 de Agosto de 1997.


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M.Chinhorro / Pag. 67 Excavaciรณn sitio MC-2012, 13 de Agosto de 2014.


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SIGLO XX Uno de los hitos más importantes de este siglo (recordando la anexión de Arica a Chile luego de la Guerra del Pacífico) es la construcción del Ferrocarril Arica La Paz. Dicha obra se lleva a cabo durante la primera década de este siglo, inaugurándose un día 13 de mayo del año 1913. Esta titánica obra dió sustento durante décadas al desarrollo integral de la ciudad y la capital altoandina de Bolivia, y de manera casual, generó que se registraran las primeras indicaciones modernas de la presencia de yacimientos arqueológicos en el lugar. El arqueólogo alemán Max Uhle, pasa una extensa (y bastante ruda) estadía en Arica. Durante este tiempo escribe su magnífica obra “la arqueología de Arica y Tacna” en donde reconoce tempranamente la riqueza cultural de las momias artificiales, denominadas por él como “Aborígenes de Arica”. En su obra deja entrever que estas extrañas manifestaciones funerarias no sólo se emplazan en las faldas del morro de Arica, donde ejecutará luego trabajos de excavación arqueológica, si no que se extendieron plenamente por toda la línea costera, incluso varios kilómetros dentro de la ciudad:

“(…) no hay que olvidar que también en los valles vecinos, como en el de Azapa, el de Lluta y hasta en lugares alejados a 12 kms y más del mar (¿Acha?), se encuentran a veces momias tendidas, del mismocarácter sencillo, como muchas de las de Arica; lo que demuestra su gran antigüedad, si bien su edad no se puede determinar con más exactitud, porque, hasta ahora, no se ha encontrado ninguna acompañada de ajuar.” “Núcleos poliédricos, iguales a los que se encuentran en las capas inferiores del conchal de Taltal, pueden recogerse todavía, en ciertas cantidades, en la superficie de los campamentos ocupados por los aborígenes cerca de Chinchorro (suburbio al norte de Arica)” Max Uhle (1919: 56). Posterior a estos testimonios no ha sido posible encontrar muchas referencias a las chimbas o la costa norte de Arica en general, probablemente debido a que este sector aún se consideraba parte rural de la costa ariqueña.

No obstante, el investigador Oscar Espoueys (1973), uno de los fundadores del Museo Regional de Arica (actual Museo Arqueológico Universidad de Tarapacá) menciona en un catastro inédito, la ubicación de algunos yacimientos arqueológicos en el tablazo norte de la costanera de Arica, refiriéndose al clásico saqueo al cual gran mayoría de los sitios en la zona se han visto expuestos. Durante el mes de agosto de 1997, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Tarapacá, son informados de la aparición de momias dentro de las instalaciones de Maestranza Chinchorro. De esa operación de rescate, se obtuvieron 11 ejemplares momificados (de manera natural, algunos con máscaras únicamente, y otros con momificación artificial de tipo negro). Se trata de uno de los primeros yacimientos funerarios Chinchorro en donde pudo constatarse la asociación entre la tecnología de momificación artificial de tipo negra con inhumaciones momificadas naturalmente (Arriaza et al. 2001).

Taller de máquinas. Maestranza Chinchorro.


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SIGLO XXI

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En consecuencia, un sector de la primera terraza marina de la costa norte de la ciudad de Arica, constituye una rica diversidad de sitios arqueológicos de diversa funcionalidad (rituales, domésticos, funerarios, logísticos, entre otros) que reflejan una profundidad de uso de este sector muy interesante , sobre todo útil para estudiar sistemáticamente las ocupaciones humanas costeras más al norte del Morro de Arica.

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Es así como llegamos a fechas recientes y durante julio del año 2010, se pone en marcha el proyecto “Remediación de suelos para la Reparación y Rehabilitación de la Vía Férrea Arica Visviri”, encargado por la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) a su filial Ferrocarril Arica La Paz (FCALP S.A.). Se produce desde sus inicios el hallazgo de significativos indicadores de una densa área arqueológica . Se ejecuta por tanto la exploración, delimitación y manejo arqueológico del patrimonio arqueológico presente en los terrenos de Maestranza Chinchorro . Dicho esfuerzo , ejecutado por profesionales vinculados al patrimonio arqueológico y con gran apoyo de los operarios del proyecto ferroviario, comienza a mostrar sus primeros resultados al público. .


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CAPITULO III

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PREHISTORIA DE

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EL ESCENARIO ARCAICO

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COMUNIDADES CHINCHORRO Y LA DOMESTICACIÓN DEL ENTORNO Considerando los capítulos anteriores, imaginemos el escenario geográfico en el cual se desenvolvieron los primeros grupos humanos de la costa norte de Arica: una costa árida pero maravillosamente adornada de varios manantiales, ojos de agua, humedales, bosquecillos de juncos y gramadales cargados de una diversidad faunística poco agresiva, además de lugares de amplio avistamiento.

Como una derivación de los primeros entierros humanos detectados en la ciudad (sector de Acha, circa 9.000 años AP), los cementerios Chinchorro comenzaron a desplegarse muy próximos a la línea costera. Se detectan al menos tres grandes sectores : faldeo Noreste del Morro de Arica , antiguo sector industrial de Arica (Maestranza Chinchorro ) y el tablazo de la Desembocadura del Río Lluta.

Es aquí donde pudo sustentarse una larga historia humana, una que comienza con los primeros cazadores recolectores costeros hace más de 9.000 años, y a lo menos 6.000 años para la costa norte de Arica específicamente. La disposición de cementerios en varios puntos de este sector de la ciudad de Arica (una dimensión mayor a la de un área funeraria específica), vinculados a ciertos aspectos geográficos del entorno tales como espacios de alta visibilidad , cercanos a fuentes hídricas y a aspectos topográficos monumentales, nos permiten imaginar una historia territorial riquísima, una que puede ser reconstruida a partir de las evidencias arqueológicas que iremos describiendo a continuación.

Como hemos mencionado, las evidencias asociadas a los primeros pescadores costeros de la costa norte de Arica son principalmente áreas funerarias bastante pobladas , sobre todo aquellas ubicadas en el Casco Histórico de la ciudad (faldeo Noreste del morro, llegando a las calles Yungay y Bolognesi). Estos cementerios contienen ejemplares momificados artificial y naturalmente, y junto con otros yacimientos, tales como áreas de aprovisionamiento lítico y grandes conchales de milenios de antigüedad ,contienen los materiales que se reconocen arqueológicamente como “Cultura Chinchorro” (Standen, 1991).


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Vista aérea yacimiento bioantropológico Maestranza La Pera.

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Uno de los aspectos más importantes de estos grupos costeros fue su notoria relación con la muerte y el pensamiento histórico. En específico para nuestra área de interés, durante el período Arcaico Medio y Tardío (6.000 – 3. 000 años AP) fueron ejecutadas una serie de complejas y llamativas manifestaciones funerarias. Éstas se reconocen a partir del hallazgo de una serie de áreas funerarias distribuidas a través de la costa, donde ha sido posible reconocer variados tratamientos estéticos aplicados a los cadáveres de sus integrantes.

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Estos materiales, tecnologías y contextos fueron generados por grupos de cazadores- pescadoresrecolectores organizados en bandas de familias extensas, desplegados desde Ilo (Perú) hasta el Río Loa (Chile). Junto con practicar la momificación artificial de algunos individuos, ellas sientan las bases geopolíticas de las poblaciones costeras, probablemente vinculadas a cultos de fuentes de agua , rasgos topográficos monumentales y espacios de avistamiento amplios (cf.Muñoz, 2011).


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De manera concreta, resalta una diferenciación básica en términos de modificación post- mortem: cuerpos transformados tales como momias negras, rojas, con vendaje, pátina de barro e inhumaciones “simples”, vale decir, grados de manipulación cadavérica que no producen una transformación total del cuerpo. A su vez, se ha destacado la distribución de ajuares funerarios, predominando en algunos cementerios la disposición de ofrendas materiales en las inhumaciones (tratamiento simple) en contraposición a los cuerpos momificados artificialmente (Standen, 2001:180-181). Cabe destacar que la relación funeraria entre cuerpos transformados e inhumaciones ha sido reconocida como una relación sincrónica ocasional, existiendo una relación tanto espacial como cronológica entre ambas manifestaciones (Standen, 1997:150; Arriaza et al., 2001: 29; Santoro et al., 2012:640).

Respecto a otros indicadores arqueológicos de estos grupos costeros, si bien se ha reconocido sectores habitacionales con arquitectura en Arica (campamento Acha y el sector de Quiani ), existen aún incógnitas respecto de los yacimientos domésticos del período Arcaico en Arica (ca. 8.900 – 3.000 años AP). De esta misma forma ,probablemente debido al progreso urbano de la ciudad, resulta difícil encontrar basurales tipo conchal en Arica tales como aquellos aún visibles en Caleta Vitor y Camarones, por ejemplo1. Afortunadamente, y como veremos más adelante, Maestranza Chinchorro puede mejorar el panorama arqueológico general reconocido hasta la fecha para la ciudad de Arica. A continuación, presentaremos un resumen de las distintas áreas con yacimientos vinculados al período arcaico dentro de nuestra zona de interés, sector costero norte de la ciudad de Arica.


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M.Chinhorro / Pag. 75 Restos de cuerpo adulto, en posición decúbito dorsal extendida, el cual presenta en su pelvis, un faldellín de fibras animales. Yacimiento Maestranza La Pera.


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ACHA

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LOS PRIMEROS ARIQUEÑOS En la convergencia entre las cuencas del río Acha y San José, se han detectado los yacimientos más antiguos de Arica (Muñoz y Chacama, 1982). Los contextos arqueológicos del sector de Acha contienen áreas de actividades domésticas (Acha 2), y áreas de entierro (Acha 2 y 3) con fechas cercanas a los 9.000 años A.P. (Muñoz y Chacama , 1993 ; Standen y Santoro , 2004). Acha2 (Muñoz et al. 1993) se emplaza en la confluencia del Valle de Azapa con la Quebrada de Acha, específicamente en una pequeña terraza aluvial de edad holocénica (Crom, 1993 ). Este sitio habitacional se compone de once estructuras circulares semi aglutinadas, generalmente acompañadas de un fogón central con evidencias de talla lítica , consumo malacológico e ictiológico, componentes rocosos costeros y evidencia de pos- tes (Muñoz y Chacama, 1993). En relación al contexto de los ritos mortuorios, se produjo el hallazgo de un adulto masculino con las piernas semiflectadas, presentando evidencias de esteras de fibra vegetal en técnica de Z-twining cubierta con restos de piel de camélido en su cadera y cara. Este entierro posee varios elementos que lo acompañaban cuatro vértebras de pescado, dos fragmentos de lasca de obsidiana,

cuatro fragmentos de concha de choro zapato, dos piedras de forma irregular no trabajadas, un otolito de 1.5.cm. de diámetro y un fragmento de estera de totora de 10 cm. de largo (Muñoz y Chacama, 1993). Las fechas correlativas de Acha-2 fueron tomadas desde carbón vegetal (8.900 ± 50 años A.P.), y músculo humano (8.970 ± 255 años A.P.). En Acha3 (8.120 ± 90 años A.P.) se detectó la presencia de adultos, juveniles e infantes en los contextos funerarios. Un adulto de entre 30 a 40 años de edad se encontró en posición decúbito dorsal con las piernas extendidas, poseyendo como ofrenda un cintillo de hilados, un anzuelo compuesto de hueso, y una barba de arpón confeccionada del mismo material (Standen y Santoro, 2004). El infante de seis años aproximadamente mente se encuentra sellado por dos cubiertas de pelaje de camélido y recubierto por una estera de junquillos sin decoración alguna. El juvenil, de edad y sexo indeterminado, no ha sido intervenido por su riqueza arqueológica como individuo; presenta una estera de fibra vegetal, piel de camélido y amarras de cuero en la totalidad del cuerpo (Muñoz y Chacama, 1993 ; Standen y Santoro , 2004 ).


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Como podremos apreciar más adelante, La Maestranza Chinchorro posee indicadores similares a la primera ocupación humana de Arica.

Restos de cuerpo juvenil, en posición decúbito dorsal extendida, cubierto con esteras vegetales. Pasaje Remolinos, Población Cerro Sombrero (Acha).

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En términos generales, este primer “campamento logístico” de grupos costeros (Standen y Santoro, 2004), se caracteriza por ubicarse en la entrada de los valles de Arica, poseer evidencias de prácticas de pesca, recolección y caza marítima, contar con plantas estructurales y basuras de hogares prehistóricos . Lo anterior marca el primer caso de apropiación territorial mediante la generación de espacios funerarios con rasgos particulares de un grupo humano en la región.


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FALDEO NORESTE MORRO DE ARICA MONUMENTALIDAD CHINCHORRO

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El imponente Morro de Arica, de 104 metros de altura, posee características que seguramente los antiguos habitantes de la costa fértil ariqueña notaron y simbolizaron. Frontera natural y un monumental tamaño son dos aspectos que difícilmente escaparon a la simbolización del paisaje chinchorro. Las evidencias arqueológicas mejor estudiadas de esta zona son funerarias, aunque se menciona en la literatura que existirían ciertos rasgos que podrían relacionarse con actividades habitacionales en las inmediaciones de la ladera noreste (Arriaza, 2005). En este sector es donde se concentran la mayoría de los entierros del Arcaico Medio y Tardío de la ciudad de Arica. En el sitio Morro 1 (Uhle, 1919; Allison et al. 1984; Muñoz et al. 1993; Arriaza, 1994; Standen, 1997, 2003), se excavaron cerca de 96 individuos en la campaña financiada por la National Geographic Society (Allison et. al. 1984). Al respecto, Vivien Standen (2003:176) comenta: “En el sitio (…), se identificaron los tres patrones funerarios ya conocidos para esta tradición: a) individuos con momificación artificial, en sus estilos negro y rojo (con un conjunto más diverso de técnicas); b) individuos recubiertos con una pátina de arena, y c) individuos con momificación natural”.El total estimativo de los cuerpos enterrados en esta zona sobrepasa los 250 ejemplares. Esta gran área funeraria cuenta con una persistente historia mortuoria. Ella comenzaría hace más de 5.500 años atrás, conteniendo evidencias funerarias que sobrepasan la distinción arqueológica del periodo arcaico, que se considera hasta hace unos 3.000 años atrás (Arriaza, 2005).


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MAESTRANZA CHINCHORRO CAJA DE PANDORA PARA LA PREHISTORIA COSTERA DE ARICA

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Nuevamente es importante repasar algunas ideas esenciales para imaginar el contexto arcaico de esta rica zona arqueológica. Este sector se caracteriza por contener rasgos geográficos muy llamativos para una ocupación relativamente permanente, considerando que nos encontramos en el desierto más árido del mundo. Muy probablemente esta zona de terraza marina desértica mantuvo una vegetación modesta. No obstante el sector bajo la terraza debió configurarse como un verdadero bosquecillo relicto asociado a zonas pantanosas, vegas y humedales donde predominaban de manera silvestre chincales, gramadales, así como una fauna diversa y abundante. Aquí también se dieron peligros ambientales propios de un ambiente de Chimbas.

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El terreno de Maestranza Chinchorro posee una superficie aproximada de 14 Ha. y se emplaza dentro de la primera plataforma marina de la ciudad, a unos 1521 m.s.n.m. Presenta una amplia secuencia cronológica prehispánica, varios sectores con depósitos arqueológicos en relativo estado prístino, destacando su momento vinculado al periodo Arcaico (medio y tardío al menos). Testigo de esto son los yacimientos funerarios MLP, MC-2012, Salvataje N°9 y 8, el área de depositación ritual Beretta-brasil, y el campamento residencial BTCH-4.


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Emplazamiento Yacimiento Borde Terraza Chinchorro-4 (BTCH-4). Primera terraza marina, sobre el actual Parque Centenario.


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MAESTRANZA DOMÉSTICA

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BORDE TERRAZA CHINCHORRO-4 (BTCH-4)

Mediante la generación de un campamento de similares características a aquellos detectados en Acha y Quiani, aproximadamente hace unos 6.000 años atrás, bandas costeras especializadas en las artes de pesca se establecieron en el borde de la primera terraza marina frente a la actual playa Chinchorro.

Sería importante reconsiderar por tanto la idea de que los asentamientos con plantas de arquitectura arcaica y baja generación de basuras in situ sean solo producto de ocupaciones logísticas. Y es que tal vez existieron grupos que generaran comportamientos de descarte fuera de los espacios residenciales de manera premeditada.

Reflejado en los aparejos de pesca, a su vez desarrollaron la explotación y consumo oportunista de los recursos costeros aledaños, destacando la actividad pesquera (alta representación de restos ictiológicos) y el marisqueo de una amplia gama de moluscos y crustáceos por encima de la ingesta de mamíferos y vegetales.

Si bien no ha sido posible detectar áreas de basurales de gran envergadura en los espacios aledaños al emplazamiento del campamento BTCH-4, existen registros de que alguna vez existieran este tipo de yacimientos en las proximidades5. Sumado a otros tipos de contextos arqueológicos acerámicos de Maestranza Chinchorro, es posible imaginar un escenario de asentamiento permanente en este sector de Arica durante el periodo arcaico , o al menos utilizado de manera recurrente.

El yacimiento arqueológico de vinculación al período arcaico denominado Borde Terraza Chinchorro4 (BTCH-4) se ha interpretado como un campamento residencial sobre una terraza marítima que abarca un rico espacio para la subsistencia. Allí se realizaron actividades relacionadas con la obtención y trabajo de materias primas líticas locales y foráneas, entre ellas guijarros de basalto, andesita, calcedonia y arenisca, así también algunos nódulos de material sílice de tipo cuarzo lechoso.

Uno de los aspectos más interesantes del yacimiento, y sobretodo del recinto habitacional estudiado, es el reconocimiento de conductas de procesamiento de alimentos, hábitos de limpieza y reocupación de lugares para la preparación de alimentos cocidos y/o ahumados.


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M.Chinhorro / Pag. 83 Yacimiento BTCH-4. Planta semicircular (radio 3mt.) sobre un ligero aterrazamiento de conchal efímero. Nótese el área de cocina y cono de depositación de limpieza de fogón en la parte derecha de la foto.


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Reconstrucción artística del yacimiento BTCH-4. Autor: Jorge Alción


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Acerca de la secuencia estratigráfica del sitio BTCH-4, es interesante mencionar que dicho yacimiento se emplaza justo por debajo de la vía principal del tren Arica - La Paz, que por más de 100 años tuvo un tránsito superficial muy pesado. Sin embargo, en algunos sectores , la secuencia estratigráfica posee una increíble conservación, registrando poca movilidad vertical de piezas o disturbación bajo el estrato relacionado al desarrollo industrial moderno. En otras palabras, a pesar de todo el movimiento superficial acontecido aquí, fue posible dar con contextos prístinos que permitirán a futuros investigadores obtener datos contextuales muy completos sobre las actividades cotidianas de los grupos Chinchorro.

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En relación a las tecnologías de subsistencia clásicas del período arcaico costero de Arica, se detectaron elementos asociados a la pesca, caza y recolección costera tales como; pesas líticas , variados fragmentos de toscas líneas de pesca en fibra vegetal , barbas de arpón en madera

, fragmentos de chinguillos de pesca, fibras anudadas, espinas de cactus expuestas al fuego, y una serie de herramientas líticas, entre ellas especímenes de bifaces y fragmentos de puntas lanceoladas en sílice. Todos ellos complementan y dan sustento a la interpretación de este yacimiento como un campamento arcaico costero.

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El hallazgo de varias piezas de grandes bloques líticos utilizados como molinos, un rasgo de tipo fogón delimitado con rocas que funcionaron de manera refractaria (incluso craqueladas por el uso de fuego), junto a un área de descartes de cenizas adosado, dan cuenta de estrategias de subsistencia para cocer y/o ahumar alimentos. Con ello puede considerarse que la alimentación en el arcaico si bien estuvo permanentemente vinculada a enfermedades y malas condiciones de higiene, no debió ser algo completamente asumido por estos grupos, existiendo al menos intentos concretos de experimentos gastronómicos para resolver asuntos más allá de lo meramente funcional.asuntos más allá de lo meramente funcional.


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UN ANTIGUO ESPACIO RITUAL

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HORADACIONES Y DEPÓSITOS INTENCIONALES DEL SITIO BERETTA BRASIL Durante Agosto de 2010, se detectaron materiales arqueológicos (basurales) que condujeron una interpretación tentativa del sector como habitacional arcaico: el yacimiento Beretta Brasil 6 , detactado primero durante el proyecto. Durante los siguientes años, y producto de las intervenciones arqueológicas, dentro del el equipo de excavación del proyecto comenzaron a existir dudas sobre la función de éste. Siendo cautos a la espera de dataciones radiocarbónicas y análisis puntuales sobre problemáticas específicas detectadas, puede decirse que al menos es uno de los sitios más intrigantes de Maestranza Chinchorro. Ubicado a unos 800 metros hacia el suroeste de BTCH-4, este yacimiento se emplaza en el borde de la misma terraza marina, obteniendo una singular vista de la curva occidental de Sudamérica: aspecto geográfico exclusivo de Arica.

En términos generales, nuestra conclusión actual es que se trataría de un espacio ritual donde se practicaba la horadación del suelo y el depósito de elementos arqueológicos; un contexto similar a aquel detectado en Cueva La Capilla del sur de Arica. Creemos incluso posible que estos notables rasgos arqueológicos podrían vincularse a descubrimientos sobre prácticas rituales mucho más extendidas en todo el territorio del Norte Grande de Chile (cf. Pimentel, 2009). Con una notable isovista, el terreno posee una ligera inclinación hacia el mar y una serie de horadaciones en el suelo dentro de las cuales se depositaron significativas cantidades de material arqueológico: grandes morteros (algunos quebrados de manera intencional aparentemente), guijarros pintados con pigmento rojo, puntas líticas lanceoladas de base recta, desechos líticos que reflejarían al menos el retoque de filos y formatizado de piezas in situ, e instrumentos como cuchillos .


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M.Chinhorro / Pag. 87 Yacimiento Beretta-Brasil. Se destacan las horadaciones intencionales en el suelo, lugar de hallazgo de materiales ofrendatorios, como faldellines doblados, morteros acopiados, entre otros.


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Camilla o “portaguaguas” encontrado en las capas superiores del yacimiento Beretta Brasil.

Aparte de todo este espectacular escenario ritual, uno de los sectores superiores de estas horadaciones presentó una camilla o portaguaguas poseyendo amarras de pelo humano, así también una base de faldellines adosada a la estructura de juncos. Cabe mencionar que el yacimiento Beretta-Brasil se ubica en un sector rodeado de áreas funerarias, descritas a continuación.

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Pasando a los componentes más elaborados (artefactos de diversa materialidad) se ha detectado la presencia de faldellines y cobertores púbicos de material vegetal, similares a aquellos encontrados en Cueva la Capilla, vale decir, dispuestos aparentemente como ofrendas rituales.

Espinas de cactus expuestas al fuego, naturales y trabajadas a modo de anzuelo, la presencia de líneas de pesca (retazos de fibra vegetal trenzada), fragmentos de redes y pesas para la pesca estuvieron presentes en éstos eventos de depósito.

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El componente faunístico es igual de espectacular: conchas de loco con pigmentos rojos, restos malacológicos de almejas, machas, ostiones, choro zapato, chorito maico, caracoles marinos (tegula atra), thais chocolate, chitón sp., entre otros. Por su parte, en el consumo de aves , se identificaron taxas como: Anatidae, Anhingidae, Falconidae, Laridae, Strigidae , Anseriforme, Charadriiformes , Suliformes, Paseriforme, Nycticorax nycticorax ,Pelecanus thagus, Phalacrocorax sp., Phalacrocorax / Sula variegata , Athene cunicularia nanodes. Respecto de la fauna mamífera, ha sido posible detectar la presencia de lobos marinos, camélidos y delfínes; estos dos últimos en baja representación frente a los otáridos.


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CONTEXTOS FUNERARIOS DE MAESTRANZA CHINCHORRO

TESTIGOS TERRITORIALES DEL POBLAMIENTO COSTERO DE ARICA.

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Maestranza La Pera y Salvataje N°8 Emplazado a unos 90 metros al sureste del sitio Beretta-Brasil , se ubica una poblada área funeraria . Allí se encuentran cuerpos femeninos y masculinos de adultos, juveniles, infantes y neonatos, dispuestos de manera estirada, flectada, e incluso mirando hacia el suelo. Algunos de los individuos presentan la singular disposición de sus manos dispuestas sobre su pelvis y varios de sus rasgos funerarios pueden relacionarse con cementerios distantes tales como los de Ilo (Humire, 2009). Un caso bastante admirable fue un entierro con un espécimen de pez completo sobre el pecho del individuo . Cuerpos con cobertura de plumas de pájaros costeros , faldellines , esteras que cubren individuos neonatos , evidencias de muerte por proyectiles , son otros rasgos rituales que nos remiten a esta complejidad funeraria y territorial de la costa antigua. El caso de los cuerpos dispuestos mirando hacia abajo es importante de resaltar , esto pues no existen registros en la bibliografía consultada sobre esta modalidad funeraria en territorio chileno, pero sí en algunos casos en la costa del extremo sur del Perú. Si bien los casos de Maestranza Chinchorro poseen una disposición no tan formal como son

aquellas del cementerio KM-4 en Ilo (Umire, 2009), la intencionalidad de disponer un cuerpo mirando hacia el suelo en un momento caracterizado por enterramientos mirando hacia arriba, puede indicarnos que la complejidad funeraria del período arcaico de la costa de esta zona geográfica escapa a una dimensión estrictamente momificatoria. Por tanto , la propia distinción de status a través de la complejidad y energía otorgada a las momias artificiales, podría responder a otras motivaciones. Entre ellas por ejemplo a actividades rituales cíclicas , donde en momentos específicos del itinerario de los grupos costeros se llevase a cabo el acto ritual de momificación artificial , mientras que en momentos seculares solo se practicase la disposición de cuerpos sin momificación artificial con distintas formas de arreglar a los difuntos .En otras palabras, imaginemos que la confección y disposición de momias artificiales responde a eventos de reafirmación territorial frente a otros y frente al grupo , esto como forma de naturalizar el arraigo a un lugar . Casos como éstos fueron ubicados en el yacimiento Maestranza La Pera, y Salvataje N°8.


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M.Chinhorro / Pag. 91 Yacimiento Salvataje N8. Cuerpo juvenil en posición decúbito ventral extendido, rasgo funerario vinculable a la frontera norte del fenómeno mortuorio Chinchorro, Ilo (ver Umire 2009).


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SALVATAJE N9

Existen otras evidencias funerarias bastante interesantes, las cuales vinculamos a los finales del período Arcaico costero de Arica (circa 3.000 años atrás) un área funeraria en donde se detectaron al menos seis individuos dispuestos de manera estirada mirando al cielo, presentando esteras de totora como cobertura de sus cuerpos. Varios de estos cuerpos cuentan con una fosa delimitada para su entierro, así también como una cubierta de guijarros que asimila un pequeño montículo. Uno de ellos posee elementos bastante interesantes denominado Salvataje N°9, el individuo N°6 se encuentra cubierto por una estera de totora , presentando una vara de 40 cms . en su tibia izquierda , una cordelería a modo de cintillo , una mortaja de textil bicromo en su cráneo , y un textil animal que cubre sus pies aparentemente a modo de “zapatos”.


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M.Chinhorro / Pag. 93 Salvataje N9, Individuo 6. Cuerpo adulto en posiciĂłn decĂşbito dorsal extendida, cubierto con pieles animales y fibras vegetales (esteras de totora).


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MAESTRANZA

CHINCHORRO2012

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Finalmente, el contexto más espectacular y complejo detectado en Maestranza es lo que podría llamarse la segunda parte de un contexto ya excavado en 1997 por los arqueólogos Vivien Standen y Bernardo Arriaza., definiendo el sitio como “Maestranza Chinchorro”. Luego de varios lustros, decidimos mantener el nombre, agregando el año de nuestras excavaciones. Este sitio se ha denominado “Maestranza Chinchorro 2012”. El contexto funerario rescatado durante los años 2012-2015, dió como resultado el hallazgo de nueve individuos, entre ellos adultos, infantes, neonatos y un nonato dispuestos en posición extendida mirando al cielo (salvo el nonato). A pesar de que en algunos casos el deterioro de los esqueletos fue severo, fue posible detectar entierros naturales, modificaciones corporales puntuales y dos casos de momificación artificial de tipo negro (dos neonatos). Los cuerpos están dispuestos de manera estirada, formando dos conjuntos y dos entierros aislados dentro de un espacio de 9 m2 aproximadamente. Aparentemente, nos encontramos con una continuidad de aquellos 11 cuerpos agrupados en tres conjuntos que se rescataron en el año 1997. Estamos por tanto frente a otro cementerio chinchorro bastante poblado.

Representación artística en base al contexto funerario “Maestranza Chinchorro 2012”. Se busca destacar la diversidad de arreglos funerarios compartiendo un espacio reducido (9m2 aprox.). Autor: Pedro Zuñiga.


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MC-2012, Individuo 1. Presenta piedras demarcatorias alrededor de la tumba, cintillo de fibra vegetal (algodón) alrededor del cráneo, con restos de cabello. A la altura de su pecho, presentó una figurilla con apéndices encordados.

Detalle objeto ritual depositado en el pecho del individuo 1, sitio MC-2012.


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2 individuos juveniles (sexo indeterminado). Dispuestos en posición decúbito dorsal extendida, se encuentran cubiertos de pieles animales y plumas de aves costeras. En la zona ventral del individuo de la izquierda, encontramos la porción distal de un pez de considerable tamaño, dispuesto en su vientre.

Neonatos momificados artificialmente (estilo negro). ambos craneos y gran parte de su estructura corporal están malogradas, sin embargo presentan restos de arcilla negra y varas de madera amarradas a los huesos largos de sus cuerpos. Aparentemente, estuvieron dispuestos sobre pieles de animales.


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Este contexto se compone de 3 individuos: una mujer adulta, en posición decúbito dorsal extendida, adornada con cordelería cefálica con plumas, un infante y un nonato. Éste último, indicaría que la mujer estuvo embarazada al momento de su muerte, o tal vez muriera en el proceso de gestación. Lo interesante es el hallazgo de restos esqueletales muy pequeños en su región pélvica.


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M.Chinhorro / Pag. 99 Inmediatamente sobre ella (costado izquierdo), un infante de 5-8 años, en similar posición, cubierto de pieles de ave y pescados sobre su cobertura, presenta una máscara de color rojo que modela sinuosamente algunos de sus rasgos faciales. Tanto la mujer como el infante presentan especímenes de jurel ofrendados sobre sus cuerpos, así también algunas conchas de choro.


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MC-2012, Individuo N°6. Presenta piedras demarcatorias de tumba alrededor del cuerpo. Mascara de piel animal con restos de totora. Extensión de la piel animal sobre la bóveda craneana; bajo esta, cabello negro del individuo. Mano izquierda sobre su cavidad pélvica, mientras que la mano derecha se extiende paralela al cuerpo. Restos de faldellín sobre su cavidad pélvica.


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Uno de los individuos del yacimiento (individuo N°6) presentó un rasgo físico bastante particular. Mientras que la mayoría de los sujetos adultos del yacimieno no supera los 1,50 metros, éste posee una estatura cercana a los 1,70 metros y un esqueleto bastante robusto en comparación con los esqueletos promedios de Maestranza Chinchorro. La presencia de paleopatologías no estuvo ausente en ninguno de lo yacimientos funerarios de Maestranza Chinchorro . Ahora bien, en casi la mayoría de ellos se detectaron afecciones asociadas a la violencia interpersonal , sobrecarga ,trabajo flexionado, traumas asociados a la malnutrición y a actividades de pesca submarina.

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Los aspectos más interesantes del yacimiento MC 2012 permiten reafirmar el hecho de que momias artificiales e inhumaciones sin tratamiento mortuorio comparten el espacio funerario y temporal. Otro aspecto interesante, referido a su vez en otros yacimientos funerarios, es el arreglo de éste entre adultos y niños, remitiendo a un escenario donde el concepto de familia pudo jugar un rol importante en los ritos mortuorios (Allison et al. 1984; Standen 1997). A nivel individual, es posible detectar una serie de estrategias para confeccionar los entierros: algunos son cubiertos con pieles de animales y totoras, mientras otros (en este caso niños y neonatos) son transformados mediante técnicas momificatorias, confección de mascara roja y momificación de estilo negro.


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EL ARCAICO COSTERO DE MAESTRANZA CHINCHORRO REFLEXIONES Y PREGUNTAS

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En las páginas anteriores se han presentado los yacimientos arqueológicos que forman parte de la primera etapa de ocupación humana detectada en la costa norte de Arica, en especial en los terrenos de Maestranza Chinchorro. Éstos se emplazan en la primera terraza marina de la ciudad, sobre una gran playa de arena que posee aún importantes espacios con vegetación arbustiva tupida, fuentes acuíferas que afloran desde napas subterráneas, y una rica fauna aviar, mamífera, ictiológica y malacológica. Todos estos elementos permitieron el asentamiento permanente de grupos de cazadores recolectores y pescadores que conocemos bajo el nombre de Cultura Chinchorro. Para el aprovechamiento de estos recursos, los grupos humanos que habitaron los terrenos de Maestranza Chinchorro emplearon una serie de estrategias tecnológicas tales como: anzuelos de espinas de cactus, chopes mariscadores, chinguillos, redes, pesas de pesca, proyectiles lanceolados, cuchillos, raederas, raspadores, instrumentos de molienda, entre otros.

Con estos elementos, los grupos chinchorro de maestranza pudieron capturar y procesar sus alimentos de manera persistente, reflejándose ello en la importante ocurrencia de yacimientos arqueológicos asociados a este período de la prehistoria de Arica. Importantes espacios funerarios, en donde se despliegan una importante cantidad de modos de arreglar los cadáveres, estuvieron presentes en al menos cuatro sectores del predio Maestranza Chinchorro. Estos yacimientos nos remiten a la complejidad funeraria y política de estos grupos humanos que, por más de 5.000 años, mantuvieron este tipo de comportamientos mortuorios a través de la costa del norte grande de Chile y extremo sur del Perú. Este comportamiento funerario es testimonio de relaciones territoriales y políticas entre las distintas comunidades Chinchorro que se han detectado a lo largo de la ciudad de Arica, descubriendo en los terrenos de Maestranza Chinchorro uno de los sitios más espectaculares que puedan asociarse al período arcaico de la costa.

La práctica de generar horadaciones en el suelo para luego rellenarlas de ofrendas, nos permite pensar en una complejidad de ritual mayor al espectro funerario. Por tanto, es posible considerar que estos grupos, pensados como cazadores recolectores semisedentarios y con una complejidad incipiente (en un sentido progresivo, yendo hacia sociedades con jefaturas permanentes) aún no pueden considerarse bajo modelos antropológicos clásicos. Aquí consideramos que la complejidad de sus prácticas, en conjunto con la persistencia de éstas y el emplazamiento en ciertos lugares de la geografía costera, si permiten reflexionar sobre densidades poblacionales y estrés medio ambiental. Pero más importante aún es el hecho de que muy probablemente estas poblaciones tuvieron un pensamiento y memoria histórica, en donde se desenvolvieron sus interacciones tanto pacíficas como beligerantes.


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M.Chinhorro / Pag. 103 MC-2012, individuo 9. Nonato en la pelvis de su madre.


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Éste hecho de por sí puede desafiar las clásicas perspectivas otorgadas a los cazadores recolectores costeros de esta región, y es que hay todo un mundo de evidencias aparte de la funebria que complementa el complejo universo arqueológico asociado a los grupos. Maestranza Chinchorro es testigo de este abanico de posibilidades. . Con todo, estos sitios plantean una importante pregunta para el período arcaico y para el poblamiento costero en general de la macroregión andina guardando las proporciones y propósitos incluso hasta tiempos posthisnicos, ¿son los grupos costeros los impulsores de la ritualidad funeraria, paisajística y política que deriva en la adoración y la apropiación territorial de la geografía que podemos rescatar. Plantear es bastante arriesgado , sin embargo si contemplamos a mayor escala espacial este momento, es posible dar cuenta de una serie de conductas asociadas que se dieron principalmente en este sector geográfico. Pensemos por ejemplo en Caral Supe al norte de Lima (Shady, 2014)

Quebrada Los Burros, Yara, Km-4, Villa del Mar, en Ilo, Mina Macarena, Maestranza Chinchorro, Morro de Arica, Quiani , Vitor , Camarones , Playa los Palos en Iquique . Pensemos incluso en las poblaciones costeras del período arcaico de la Desembocadura del Río Loa , en sus espectaculares evidencias doméstico / funerarias, y las complejas rutas pampa adentro donde es posible encontrar actividad ritual (funeraria, ofrendada, y monumental como los geoglifos ) que interactuara con poblaciones humanas del interior del territorio (Pimentel, 2009). Insistiendo más bien en algunos anteriores (Bittman, 1982), este planteamiento busca sentar la perspectiva de que hay todo un abanico de contextos complicados de entender bajo parámetros estrictamente funcionales, siendo imprescindible considerar aspectos temporales y espaciales que sustentan la idea de un pensamiento histórico de larga duración. En palabras sencillas, como todo grupo cultural costero que practicase la disposición de cuerpos con tratamientos estéticos intencionados, los chinchorro practicaron la memoria de sus antepasados por más de 5.000 años y toda una serie de elementos técnicos, geográficos, expedicionarios, beligerantes y políticos asociados.


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PRIMER UMBRAL

EVIDENCIAS RELICTAS DEL PERIODO FORMATIVO

Fragmento de cuerpo cerámico con incisiones lineales en su cara exterior. presenta pasta gruesa, con anti plásticos de concha molida. sitio BTCH-2.

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Dicho esto, uno de los períodos en donde se detectaron muy pocas evidencias es el período Formativo (3.000 – 2.000 años AP), etapa que podría vincularse a los cuerpos del yacimiento Salvataje N°9 . Futuras dataciones radiocarbónicas podrán esclarecer de manera confiable esta aparente ausencia de ocupación en este sector de Arica.

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Para poder comprender nuestro primer hito en la secuencia cronológica rescatada desde el subsuelo de Maestranza Chinchorro, debemos siempre tener en consideración las fuertes alteraciones del suelo de este sector de Arica. La construcción de la propia maestranza ferroviaria , la construcción de la costanera norte y urbanización de estos sectores de la costa norte de la ciudad , han sido testigos del histórico hallazgo fortuito de evidencias arqueológicas . Muchos yacimientos arqueológicos se han perdido en pos del progreso urbanístico, perdurando evidencias bastante marginales de algunos períodos arqueológicos de la ocupación de estos sectores.


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PERÍODO MEDIO EN MAESTRANZA

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LA INTERACCIÓN COSTERA ENTRE ARICA, ILO Y LOS MATERIALES TIWANAKU Durante el movimiento de al menos cinco vías férreas y una cantidad importante de vagones y carros planos, se descubrió una importante acumulación de materiales arqueológicos mezclados con sedimentos peligrosos. Luego de una exhaustiva revisión del terreno y los sedimentos, pudo constatarse la presencia de un yacimiento arqueológico de conside- rables dimensiones. Como casi toda Maestranza Chinchorro contaba con partes de su secuencia estratigráfica en buenas condiciones, sin embargo los primeros niveles de su actual superficie estaban fuertemente disturbados y contaminados con polimetales. La presencia de fragmentos cerámicos con decoración tipo cabuza (A y B) y Tiwanaku (B) permiten interpretar inicialmente este complejo yacimiento , situándolo en algún momento del período Medio (0-1 .000 d.C.). Con ello se convierte en uno de los yacimientos arqueológicos más cercanos a la costa con evidencias del Período Medio en la región. El yacimiento se denomina Borde Terraza Chinchorro 3 ( BTCH-3).

En este yacimiento nos encontramos con espacios de basuras domésticas, así como objetos muebles e inmuebles dispuestos de manera tal que es complicado vincularlos a algún tipo de sitio conocido en la región. Partamos del hecho de que las actividades clásicas de un asentamiento (p.e. arquitectura residencial como en San Lorenzo en Azapa o en Loreto Viejo en Ilo) no se dan completamente. Tampoco fue posible detectar conchales monticulares, sin embargo, aparecieron en la estratigrafía grandes contenedores cerámicos llenos de vegetales (choclos, ajies, semillas de pimiento ). Asi también una especie de contenedor tipo Collca de un tamaño menor a las conocidas para la zona de Arica, y un interesante recinto confeccionado en quincha mezclada con guijarros de río. Aparentemente este último sería una especie de corral pequeño o cuyera para resguardar animales .

Asociados a estos rasgos “residenciales” , considerables cantidades de fragmentería cerámica sin decoración (cuerpos, bordes, asas, bases, etc.) aparecieron en la estratigrafía (disturbada y no disturbada). Con ello surge la imagen de grupos costeros ya conocedores de la alfarería , animales y vegetales domesticados que ocuparon espacios costeros de manera recurrente y con motivaciones principalmente de cohesión social. En otras palabras, creemos que BTCH-3 corresponde a un sitio en donde grupos locales principalmente costeros interactuaron de manera colectiva, congregándose para llevar a cabo actividades que promovieran la interacción entre los valles ariqueños , y aquellos del extremo sur del Perú. Los materiales arqueológicos y su disposición promueven la idea de reuniones y depósitos intencionados de algunos elementos bastante interesantes.


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M.Chinhorro / Pag. 107 Excavaciรณn yacimiento Borde Terraza Chinchorro 3 (BTCH-3). Se destaca una estructura circular tipo collca de 1 m. de diรกmetro, construida mediante guijarros con mortero de argamasa.


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No descartamos totalmente la posibilidad de algún evento de asentamiento en el sitio tal vez nos encontremos frente a otras formas de habitar el paisaje. Sobre esto último mantenemos una sospecha funcional sobre ciertos objetos que podrían vincularse a una ocupación humana costera de grupos cazadores recolectores guijarros grandes con un surco ecuatorial, funcionalmente poco provechosos como para ser utilizados en la pesca, podrían haber sido utilizados como “vientos” de carpas. Una serie de estos elementos aparecieron en las inmediaciones de los depósitos más densos, sin aparente arreglo estructural, pero se piensa que podrían haber jugado un rol en la forma de ocupar la costa en general. Este fenómeno parte de una sospecha contextual acontecida en el yacimiento del período Arcaico BTCH-4; en el perímetro de la estructura apareció un guijarro de gran tamaño con surco ecuatorial , dispuesto de manera funcional como “viento ” de carpa. Probablemente sea parte de las estrategias habitacionales ligeras de estos pescadores de la costa de Arica.

Sobre las herramientas asociadas a la subsistencia, fue posible encontrar una serie de ellas distribuidas por todas las cuadrículas excavadas puntas triangulares y retocadas para generar un filo acabado, cuchillos, raederas, raspadores, detectándose incluso la presencia de actividades de reciclaje de algunas piezas. Dentro de las artes de pesca, fue posible detectar la presencia de pesas líticas, anzuelos en metal, barbas de arpón en hueso, flotadores de madera y arenisca. La tecnología textil de este yacimiento también ocupa un lugar importante, sobretodo en la forma en que se presentaron algunos objetos para su desarrollo. Palillos, torteras, hilados sueltos, cordelerías, retazos de textiles monocromos, bicromos y policromos, así también como un fragmento de gorro de cuatro puntas monocromo, son las evidencias textiles del yacimiento. En un sector particular de este yacimiento (área de quema dispersa, Salvataje N°13) se detectó la presencia de deformadores craneales.

Particularmente interesante fue el hallazgo de una camisa (unku) policroma con evidencias de haber sido reparada. Esta pieza se encontró en forma empaquetada, dispuesta en las proximidades de la estructura denominada “Cuyera”. Junto con esto, fue recurrente la presencia de elementos embarrilados, sobretodo asociados a restos de fauna menor. Respecto de las evidencias vegetales, se detectó la presencia de fragmentos de cestería, esteras, cordelería, elementos trenzados, anudados, y un curioso fragmento de calabaza pirograbada con decoración antropomorfo (hombre con manos hacia arriba). Cabe destacar que la presencia de fibras vegetales sin tratamiento alguno fueron recurrentes en las excavaciones, principalmente aquellas de totoras que formaran parte de los depósitos estratigráficos. La fauna detectada en este yacimiento se vincula mayormente al hábitat costero emplazado bajo el yacimiento.


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M.Chinhorro / Pag. 109 Yacimiento Borde Terraza Chinchorro-3. En la sección extendida de la excavación, se perciben depresiones en la superficie de ocupación del yacimiento. Éstas contuvieron restos de contenedores cerámicos de gran tamaño, asociados a restos vegetales y marinos. Nótese también el alto grado de contaminación bajo la que se encontrara este yacimiento.


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En primera instancia, la malacofauna es predominante en el sitio, siendo posible encontrar una diversidad taxonómica similar a otros yacimientos. Choritos, almejas, machas, locos, erizos, chorito maico, caracoles, y restos de piure son las principales especies dispersas en la secuencia estratigráfica. La avifauna presenta principalmente piqueros (Sula variegata sp.), cormoranes (phalacrocoracidae) y gaviotas (Laridae, Charadriiformes). Se dio la presencia de tubos confeccionados sobre diáfisis de pájaros, que probablemente se vincularan con actividades de insuflación. Respecto de los mamíferos, fue posible identificar restos de camélidos , cuyes, delfines y lobos marinos. La variedad de peces identificados permite reconocer una amplia actividad de pesca. Las especies de menor representación fueron tiburones (condrictios), jerguilla (Aplodactylus punctatus), tramboyo (Auchenonchius variolosus), torito (Bovitchis chilensis), vieja (Graus nigra), lenguado (Hipoglossina macrops), liza (Mugil cephalus), blanquillo (Pinguipes chilensis), cabrilla Vasija kero, tipo Tiwanaku A, con pulido exterior, engobado en pigmentos rojos, para luego ser decorado utilizando colores crema, naranjo y negro. “Vasija no restringida policroma, cuerpo hiperboloide, borde directo, con dos anillos en el cuerpo, base plana, decoración geométrica” (Uribe 1999: 195, tipo 2).

(Prolatius jugularis), cojinova (Seriolella violácea), sierra (Thyrsites atun), sardina (Sardinops sagax). Las especies más abundantes son corvina (Cilus gilberti), congrio (Genypterus sp.), merluza (Merluccius gayi) y jurel (Trachurus symmetricus). Un sector particular de este yacimiento deno minado “ Salvataje N ° 13 ”, por las circunstancias de su hallazgo permite vislumbrar aún mejor esta idea de congregación poblacional en la costa con motivo de realizar actividades cohesitivas. En este contexto fue posible encontrar una dispersión de quema vegetal de unos 30- 40 cms de densidad , que contuvo una diversidad sorprendente de materiales asociados a este período arqueológico. Deformadores craneales, retazos de textil policromos, bicromos y monocromos, lo que podría ser una chuspa, junto con una diversidad vegetal notable y la presencia de fragmentería cerámica decorada y no decorada , nos remiten tal vez a un evento de congregación social con fines rituales . Junto con estas evidencias , la presencia de animales consumidos y preparados en el lugar refuerzan aún más esta idea.


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HORIZONTE MEDIO , COSTA NORTE

VISIBILIZANDO LA PLAYA EN UN PERIODO DE PROTAGONISMO VALLUNO.

Creemos que los hallazgos del yacimiento BTCH3 permiten vislumbrar que la costa de Arica tuvo importante actividad humana en este período, y un rol determinante tanto en la interacción social como tecno-económica. Actualmente pensamos al contexto de BTCH- 3 como un importante testigo de articulación entre los valles occidentales, y cómo esta hipótesis de vínculos más horizontales que verticales en términos geográficos encuentra en este yacimiento un fuerte sustento .(Rostworowski, 1977; Fladmark, 1979). Cabezal de arpón confeccionado en hueso animal (probablemente huesos de lobo marino). Presenta fibras vegetales (algodón) embarriladas.

Chen-chen, Loreto Viejo, Omo, y en general el Valle de Moquegua, Chiribaya, y la costa de Ilo en el extremo sur peruano, se dejan entrever de manera tímida en este yacimiento. La presencia de elementos Cabuza, Tiwanaku B, y la propia presencia de cerámica sin decoración mayormente fragmentada en los depósitos, en conjunto con todo el abanico de otras evidencias representadas en este capítulo, nos permiten al menos inicialmente conjeturar que este yacimiento de considerable tamaño refleja prácticas de agregación social e interacción tecnológica y económica tanto entre los valles y la costa local, como con otras localidades cercanas en una moda similar.

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Posterior a las ocupaciones del período Arcaico, y en especial durante los períodos Formativo y Medio, la costa posee evidencias bastante dispersas y poco claras. Los hallazgos del sitio funerario PLM -9 , junto con algunos reportes del catastro del Museo Regional de Arica (década de 1960) son las únicas evidencias que se tienen en sectores de la costa para este importante lapso de tiempo . En contraposición a la costa , en este las evidencias se emplazan principalmente en el valle de Azapa o en las faldas del morro de Arica.


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Textil policromo (posible unku o camisa) con decoracion de bandas multicolores, compuesta de dos piezas textiles cosidas. Se encontrรณ empaquetado dentro de un textil monocromo. Sitio BTCH-3.


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M.Chinhorro / Pag. 113 Estructura semicircular en base a guijarros cimentados con argamasa limoarenosa, en donde fue posible encontrar restos รณseos y fecas animales.


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LOS DESARROLLOS REGIONALES Y SU PRESENCIA EN LA ZONA COSTERA NORTE DE ARICA

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El despliegue poblacional reconocido en la prehistoria local posee, sin lugar a dudas, un protagonismo cultural identitario posterior a la desaparición de la influenci a Tiwanaku (Santoro et al.,200 9). El período Intermedio Tardío o de Desarrollos Regionales del norte grande de Chile y extremo sur del Perú, reflejaría esta voluntad regional por representarse frente y entre regiones, mediante una serie de lenguajes visuales y formas de reproducción en la naturaleza y en la cultura material . Combinaciones de colores en las cerámicas , en textiles y otros soportes , la proliferante confección de geoglifos , una amplia distribución de asentamientos por todo el territorio (valle, costa, prepuna, puna ), y la persistencia ocupacional en sectores previamente habitados, reflejarían la estabilidad que se consiguió en estos amables puntos dentro del vasto desierto circundante.

Sobre la costa norte de Arica, nuevamente tenemos pocas noticias en la literatura. Sin embargo durante los últimos decenios, con el desarrollo de obras civiles y el seguimiento arqueológico correspondiente, se han ubicado varios focos de actividad desconocidos de la prehistoria local, enriquecendo el panorama ocupacional de esta zona . A continuación haremos un breve repaso por las evidencias conocidas y los descubrimientos recientemente surgidos y vinculados a las poblaciones costeras d e la denominad a “Cultura Arica”. En la actualidad, bajo una serie de labores arqueológicas vinculadas a procesos de urbanización y obras civiles principalmente, el escenario contextual arqueológico de las poblaciones costeras del norte de la ciudad de Arica se ha visto paradójicamente enriquecido (Romero y Ajata, 2014).


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Horadaciones en el suelo calcáneo del sitio Borde Terraza Chinchorro 2.

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Un aspecto muy relevante aún se mantiene como interrogante: ¿Qué tipos y tecnologías de asentamiento emplearon los grupos costeros de la “Cultura Arica ”?. Ciertamente esta pregunta se mantendrá abierta ; los sectores arqueológicos conocidos para la cuenca norte de la ciudad de Arica permiten representar una idea de poblaciones dispersas, generadoras de áreas de concha- les, en donde es posible detectar evidencias de tecnologías inmuebles (grandes batanes por ejemplo) pero no así la presencia de arqui- tectura de algún tipo.

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Sectores emplazados por todo el borde y so- bre de la primera terraza marina, entregan pistas para reconstruir las formas de ocupa- ción costeras que persistieron por milenios. La presencia de importantes concentraciones de fragmentería cerámica, herramientas líticas, artefactos de madera vinculados a la producción textil y profusas evidencias de explotación marítima , representan una idea de importantes focos poblacionales que per - manentemente residen en estos sectores ( ver Capítulo III).


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En sectores aledaños a estos espacios monticulares generados principalmente por el desconche y descarte de la explotación marina, se han reconocido dispersiones de menor densidad (no por eso menos complejas) de consumo faunístico costero, mezclado con fragmentería cerámica de tipo utilitaria principalmente, sin embargo es posible reconocer ejemplos decorativos vinculados a los grupos Gentilar, San Miguel y Pocoma, principalmente. Junto con la presencia del uso de cerámicas decoradas y no decoradas en espacios no funerarios, las tecnologías líticas vinculadas a la cacería (y a la producción de sus artes), al descarne y procesamiento de alimentos, su reuso y reciclaje, van configurando esta imagen de ocupaciones humanas fuertemente vinculadas a la primera terraza, que aparentemente se concentran próximas a las fuentes de agua, desplegadas a lo largo de la costa principalmente arenosa (Muñoz, 2012). Algunos yacimientos recientemente explorados que contien en este tipo de evidencias son: Conchal Mirablau, intersección calle 7 de Junio con Justo Arteaga, frontis mercado central (calle Sotomayor), Borde ex–Aduana, Parque Bicentenario, entre otros (Romero y Ajata, 2016; Portilla Ms., 2011).

Ahora bien, si ha sido complicado poder definir un patrón o tecnología de asentamiento para las poblaciones costeras posterior al periodo arcaico, aun más complejo es interpretar la relación entre los lugares de actividades domésticas y aquellos espacios profusos de evidencia funeraria. El faldeo Noreste del morro ha sido utilizado como un espacio funerario progresivamente ocupado por las poblaciones permanentemente asentadas aquí, al menos desde los tiempos Chinchorro. El progresivo uso de los espacios funerarios, cada vez a menor cota, se aproximan al conchal Mirablau, al espacio del edificio consistorial, sin embargo -hasta donde se ha podido inspeccionar en estudios de impacto ambiental arqueológico los sectores funerarios tardíos se van desplegando hacia la zona de la Catedral San Marcos, calle Yungay, San Marcos, hasta la altura de la calle 21 de mayo (esquina general lagos). Cuerpos flectados, muchas veces enfardados (de los cuales sobreviven retazos textiles) han sido detectados relativamente no afectados por las obras frente a la biblioteca municipal, y los profundos registros funerarios de la Catedral san Marcos son los mejores testigos de esta situación (Portilla Ms. 2010, 2011).

Al parecer, gran parte del borde de la primera terraza marina sería el espacio relativamente exclusivo al asentamiento de los grupos costeros; poco a poco existiría una relación menos proximal entre lugares de residencia y funerarios Volviendo al problema de como definir un asentamiento costero, las dispersiones de material no decorado, las formas de los elementos cerámicos, y los modos de procesamiento de alimentos serían la forma de segmentar tipos de sitios, considerando el hecho de que los refugios probablemente hayan sido de material muy ligero y poco perdurable, cuestión que nos permite imaginar de mejor manera la política territorial de estos habitantes, donde poco importa un asentamiento fijo, en una dinámica poblacional fluida a través de toda la línea costera sobretodo. Un ejemplo de este tipo de asentamientos podemos encontrarlo en la zona del valle de Chiribaya (Ilo), y serían también similares a os definidos por Santoro et al. (2009).


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M.Chinhorro / Pag. 117 Secuencia estratigráfica del perfil sureste de la unidad B-5, sitio BTCH-2. La mayor densidad ocupacional se registra el estrato C; una horadación con depósitos variados de material arqueológico, principalmente doméstico.


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Más al norte del morro, en la zona de las Chimbas (sector Casino, Campus Velázquez UTA, lugar del primer asentamiento hispano en el siglo XVII) probablemente existan yacimientos de tipo domésticos, debido a la antigua presencia de manantiales alimentados por napas freáticas, en un ambiente de chincales y gramadales. Noticias sobre pequeños conchales con material cerámico vinculados al periodo de Desarrollos Regionales se han conocido para el sector de la construcción del Mall Plaza Costanera, así también algunas notas de Max Uhle en su libro “la arqueología de Arica y Tacna” (1919) nos dan un pequeño guiño para pensar en grupos asentados por la ribera del San José, justamente en la primera terraza marina.

Anzuelo con fibras embarriladas en su vástago. Sitio BTCH-3.


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YACIMIENTO BORDE TERRAZA CHINCHORRO 2

Punta de proyectil (probablemente para arponaje) con aletas. el microastillamiento de los bordes de la pieza nos refiere a una sofisticación en la manufactura lítica.

“(…) poblados de organización simple levantados en laderas abruptas(…) pequeños levantamientos de forma irregular de no más de 50 cm de alto y varios metros de diámetro (…) color pardo por la concentración de desechos domésticos que cubren en parte los basamentos de postes, cañas y totoras(…)” (Santoro et al., 2009: 92).

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Volviendo a la terraza de la maestranza, recordemos su vegetación actual (Parque Bicentenario) y hagamos el ejercicio de densificarla cada vez más hacia el pasado; sin la población Tierras Blancas o la urbanización de Playa Chinchorro por ejemplo (ver mapa de 1910). Ahora recordemos los sitios de maestranza chinchorro vinculados a una primera ocupación humana del sector. Beretta-Brasil, BTCH- 4, Maestranza La Pera y MC2012 principalmente, nos permiten considerar que desde el inicio de su ocupación esta zona

de Arica fue atractiva para los grupos humanos. Junto al sitio vinculado al periodo medio (BTCH3), el yacimiento “Borde Terraza Chinchorro 2” puede considerarse parte de una continuidad ocupacional humana (ciertamente con hiatos) del predio maestranza. Si consideramos el patrón de asentamiento esperado para la costa, en base a los datos publicados para el Valle de Lluta (Santoro et al., 2000; Santoro et al., 2009), es muy probable que estemos frente a un “asentamiento habitacional tipo P.A.1”. este patrón describe a:

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Imaginemos al espacio comprendido por la zona de maestranza chinchorro como un símil geográfico del borde de la Pampa Gallinazo y el sector La Ponderosa. Zonas con una biodiversidad importante, asentamientos humanos desplegados en los bordes de la terraza, rodeados con algunos manantiales y un rio con escorrentía permanente que al menos corre así desde el periodo pleistoceno tardío.


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Probablemente, el hallazgo superficial de este tipo de remanentes habitacionales en BTCH-2, debido principalmente a la constante alteración de la superficie de esta zona del predio (área marginal de campamentos de obreros de Maestranza Chinchorro, conocida también como población “Chinchorro Viejo”), se perdió mezclada con los suelos polimetálicos más agudos de la zona. Sin embargo: “Al interior de algunos de los recintos excavados, se detectan profundos silos subterráneos cavados en el sustrato de arena compactada por percolación de sal” (Ibíd). Borde Terraza Chinchorro 2 se caracteriza principalmente por ausencia de estructuras habitacionales superficiales, una diversidad de materialidades toscas y formatizadas principalmente líticas, en conjunto con elementos de consumo faunístico diversificado, concentrado en el consumo de elementos marítimos, pero con una presencia considerable de evidencias de un consumo permanente de elementos vegetales, esta vez insertas en horadaciones hechas sobre una capa caliza endurecida probablemente por la acción de la camanchaca. Presenta elementos cerámicos principalmente no decorados, aunque tomando en cuenta que las dataciones cronológicas marchan por su carril burocrático, contamos con una baja presencia de elementos decorados San Miguel o Gentilar. Sabemos que <<una golondrina no hace la primavera>>, pero considera mos que bien podemos definir este yacimiento como un asentamiento costero tipo P.A.1, obviamente con diferencias estructurales, pero con prácticas de horadación del suelo de calizas para el almacenamiento doméstico.

Espécimen de Cuy encontrado en una de las horadaciones de BTCH-2.


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M.Chinhorro / Pag. 121 Restos de estera de totora dispuestas sobre una de las horadaciones de BTCH-2. Probablemente correspondan a restos estructurales de una techumbre ligera.


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Fragmento de borde cerรกmico, que presenta rasgos antropomorfos. Sitio BTCH-2.


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Las materialidades ornamentales detectadas en el yacimiento son principalmente cuentas, plumas y huesos animales embarrilados, conchas anudadas con fibra animal teñida, y algunos ejemplares de barbas de arpón junto con anzuelos de espina de cactus. Ciertamente, dada su proximidad al yacimiento Borde Terraza Chinchorro 3, podría considerarse un sector más reciente de este gran yacimiento, sin embargo se da una discontinuidad estratigráfica entre ambos yacimientos. Es muy probable que esto se deba a la constante remoción de suelos en un espacio ocupado hasta tiempos recientes (principalmente como área residencial

de trabajadores del ferrocarril Arica La Paz y como botadero de escombros estructurales subactuales). Por tanto, probablemente tratamos con el yacimiento que ocupa un área habitacional más reciente y progresivamente abandona un lugar (BTCH-3 hacia BTCH-2). Esto es bastante difícil de sustentar si no contamos con las capas superficiales de ambos sitios, sin embargo si algo podemos connotar de las poblaciones costeras de Arica es que persisten durante toda la prehistoria vinculados sólidamente con el mar y la costa, y probablemente utilicen los mismos espacios durante milenios. La interpretación del yacimiento nuevamente nos conduce a pensar éste como un lugar de congregación poblacional costera (por tanto discretas en comparación a los asentamientos de los grupos vallunos y con evidencias de ocupaciones no muy extensas) de residencia permanente. Lo que pasara después de este periodo es una interrogante para futuras exploraciones en otros rincones del territorio de las Chimbas de Chinchorro.

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En términos generales, el yacimiento se caracteriza por estas horadaciones de una capa de calizas cementadas con depósitos de consumo y almacenamiento. Si bien predominantemente encontramos elementos de actividad lítica vinculada a la confección de herramientas in situ (desechos de diversas materias primas locales y foráneas, vinculadas a etapas de desbaste secundario),

La presencia de fragmentos cerámicos no decorados, restos arqueobotanicos, malacológicos y en menor medida de consumo faunístico, desplegados sobretodo en las unidades con rasgos (como horadaciones rellenadas y eventos de quema) nos permiten reafirmar los asuntos habitacionales del yacimiento.

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La exploración del yacimiento comienza desde los primeros procesos arqueológicos del proyecto de remediación de FCALP, y en principio fue considerada un área de basurales domésticos. Sin embargo, la estratigrafía en general no muestra densidades estratigráficas de consumo faunístico por ejemplo2. Si muestra horadaciones con depósitos alimenticios consumidos y no consumidos, utensilios para la caza, arponaje, pesca, elementos ornamentales, retazos textiles, y restos estructurales de totoras anudadas. Los sedimentos son principalmente arenosos, con depósitos francolimosos cargados de tierras polimetálicas superficiales, la cual definitivamente alteró los niveles superiores del yacimiento.


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SEGUNDO UMBRAL

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LA VISIBILIDAD DEL COLESUYO EN TIEMPOS INCAICOS Y ETNOHISTÓRICOS

En base a la evidencia recuperada desde los contextos arqueológicos de Maestranza chinchorro, hemos visto como por ejemplo, que se torna difícil definir la presencia de materialidades del Periodo Formativo en este sector de la costa norte de Arica. Existen indicadores que nos ponen en los momentos transicionales entre el periodo arcaico y el periodo formativo, sin embargo aún son esquivos los datos más allá del espectro funerario. Menos alentador es el escenario vinculable al momento en que la influencia del estado Inka alcanzara visibilidad por estos parajes. Al menos en los depósitos explorados, monitorizados y en general trabajados durante el proyecto, no fue posible determinar la presencia de piezas vinculadas al periodo tardío regional. Es probable que la permanente modernización de la costa, considerando la construcción por ejemplo de la costanera BerettaPorcel, la propia construcción de la maestranza, hayan contruibuido a la perdida de los trazos de las ultimas poblaciones prehispánicas de este sector, aunque tal vez, existan pistas en los alrededores de las chimbas de Chinchorro aún por descubrir.


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M.Chinhorro / Pag. 125 Clavo metรกlico curvado a modo de anzuelo, amarrado mediante fibra vegetal a una plomada metรกlica. sitio BTCH-2.


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Sistema de riel, Ferrocarril Arica la Paz (Decombe, 1913).


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LA HISTORIA

INDUSTRIAL DEL FCALP

Todo este material rodante necesitaba mantenciones preventivas y correctivas. Es en este contexto y dada su ubicación privilegiada a las cercanías del puerto de Arica y en una zona bien protegida por su elevación con respecto al mar que se ubica al frente de ésta en el sector de la playa Chinchorro. En este complejo industrial de 13 hectáreas se ubicó la Maestranza Chinchorro, cuya fundición, talleres de locomotoras, de carros, talleres de tracción, ruedas y frenos y algunas casas donde vivía el personal que trabajaba en la maestranza y que con el tiempo se transformó en la población Chinchorro.

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En la actualidad, la vieja maestranza ya no tiene el esplendor pasado, es un mudo testigo de gloriosos tiempos pretéritos que el actual personal y administración trabajan por recuperar. Hoy opera como taller de diessel y carros y ya no se realizan labores de fundición ni construcción de partes y piezas como fue en el pasado. En su interior hoy trabajan 21 personas entre personal de operación, mantenimiento y administración, quienes con un férreo compromiso luchan día a día por recuperar el dinamismo que este lugar tuvo hasta hace 2 décadas.

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El FCALP, fue inaugurado el 13 de mayo del año 1913, desde sus inicios fue un importante motor de desarrollo para la ciudad de Arica y la región. Da cuenta de lo anteriormente señalado, el hecho que los servicios básicos como el agua potable y la electricidad llegaron a la ciudad para el beneficio de sus habitantes de la mano del ferrocarril. Hasta bien entrado los 70’s, desde el hospital de Juan Noé de la ciudad de Arica derivaban a los pacientes que requerían radiografías al policlínico del FCALP que contaba con una maquina de rayos X, durante este mismo período el ferrocarril fue el principal empleador de la ciudad de Arica, no es descabellado señalar que prácticamente no hay familia ariqueña que no tenga un miembro, léase Abuelos, Tíos u otros que hayan sido antiguos ferroviarios . Durante las primeras décadas fue el vapor el elemento movilizador del material rodante del FCALP, luego, desde mediado de los 60’s fue el diesel el encargado de generar el poder traccionador de las imponentes locomotoras que circulaban por la red, donde debían redoblar los esfuerzos para enfrentar el imponente desafío que presentan los 42 kms que separan las estaciones de Central y Puquios donde él parque rodante enfrenta pendientes que rozan el 7% prácticamente en todo ese difícil tramo.


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HISTORIA INDUSTRIAL

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EL PERIODO MAESTRANZINO DESDE LA CULTURA MATERIAL Todos los ferrocarriles dependen de los servicios de maestranza para mantener operativa su flota de locomotoras, carros, coches y otros equipos, móviles o fijos. La sección chilena del Ferrocarril de Arica a La Paz (FCALP) tuvo una dependencia excepcional de ellos, tanto porqué un 20%-25% del parque de locomotoras eran a cremallera, las que son intrínsecamente más complejas que las a adherencia. Por el hecho de su aislamiento del resto del sistema ferroviario chileno, estas locomotoras tuvieron que trabajar al límite arrastrando trenes sobre los 43 km desde la estación Central hasta Puquios , lo que hizo muy difícil enviarlas a reparaciones en otras maestranzas, una de ella la Central de San Bernardo (MSB) perteneciente a la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (EFE). Además, hasta 1942, el FCALP era administrativamente separado de EFE, lo que habría agravado las dificultades de pedir colaboraciones a la MSB.

Dificultando aún más las tareas encargadas a la Maestranza de Chinchorro (MCh), no todas las locomotoras a adherencia eran de diseños convencionales, particularmente las semiarticuladas, de tipo Mallet, que arrastraron los trenes entre Arica y Central. Las locomotoras del parque de máquinas del FCALP eran de diferentes procedencias (fabricantes alemanes Esslingen, y estadounidenses Baldwi), generando más dificultades en tareas encargadas a la MCh y obligando por ello a mantener grandes y diversas cantidades de repuestos. Las maestranzas del FCALP. En la etapa de planificación del FCALP, se consideraba que habría que contar con cuatro maestranzas: una cantidad grande para un ferrocarril de sólo 450 km de extensión. Una debía ubicarse en Arica, otra en las cercanías del extremo oriental de la línea, en Bolivia.

Su ubicación no fue fijada por la autoridad pues a los distintos concursantes en la licitación de la construcción del Ferrocarril les fue permitido optar por el trazado que más prefiriesen entre las ciudades extremas de Arica y El Alto de La Paz. Esto último a pesar de que el gobierno sugería que pudieran elegir un trazado que había identificado el ingeniero neozelandés Josiah Harding, vía Poconchile, Molino y el cajón del Lluta. La construcción del FCALP fue licitada el 14 de agosto de 1905, adjudicándose al Sindicato de Obras Públicas el 8 de marzo del año siguiente. No es tema del presente estudio analizar las distintas etapas en la construcción del FCALP, las que se presenten en otros documentos. Sirve señalar que el contrato del Sindicato fue rescindido el 3 de agosto de 1907 y que, tras dos intervalos en que las obras continuaron por administración directa, la mayor parte de la construcción fue llevada a cabo por la empresa Sir John Jackson (Chile) Ltda.

Manual de uso, visor estereoscópico “View-master©”. Documento encontrado en el sector de viviendas de los trabajadores de FCALP.


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LA UBICACIÓN DE MAESTRANZA CHINCHORRO Aunque fuese opcional la adopción del trazado Harding, uno interpreta que el gobierno sí tenía definida la trayectoria del Ferrocarril en cercanías de la ciudad de Arica. Esto porque señaló que la estación ariqueña principal cuyo complejo incluiría la maestranza se ubicaría “á 1 kilómetro (del muelle) en una meseta que está a 8 m. sobre el nivel del mar”. La frase contenida entre los paréntesis figura tanto en las Cláusulas de Contrato originales como en el contrato con Sir John Jackson (Chile) Ltda., del año 1909. Es difícil saber dónde exactamente se habría contemplado ubicar esa estación/maestranza; la estación de pasajeros en el centro de Arica está a una altura mayor (17 m.s.n.m.), y no existe una meseta a ocho metros de altura dentro de uno o dos kilómetros del muelle . Aunque hubiese, no habría servido para dejar las instalaciones ferroviarias fuera del alcance de un eventual tsunami, siendo una preocupación del gobierno, que recordaba que las del Ferrocarril a Tacna fueron llevadas por el maremoto de agosto de 1868 y cuya ola llegó a unos 15 metros. La ola del tsunami de mayo de 1877 fue de dimensiones comparables. El Sindicato de Obras Públicas inició la construcción el 5 de septiembre de 1906, pero no a partir del muelle sino del Km 2, es decir, desde la estación de Chinchorro/MCh.El tramo entre el muelle y esta estación tiene que haber sido construido por Jackson o durante uno u otros de dos períodos en que las obras continuaron bajo administración directa.


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M.Chinhorro / Pag. 131 Mapa de la memoria constructiva del Ferrocarril Arica La Paz (Decombe 1913).


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EL EQUIPAMIENTO DE LA MAESTRANZA

La casa de máquinas se ubica al lado izquierdo del diagrama, es decir, hacia el norte geográfico. La línea principal del FCALP pasa por el borde inferior, es decir, hacia el océano, donde se ubican, además, los patios de carga. Por el lado derecho, o sur, se ubicaron las vías de recepción, ahora levantadas.

Superior: Talleres de Maestranza Chinchorro. año 2009. Locomotoras General Electric modelo U13C (Foto: G.B.C.). Inferior: Talleres de Maestranza chinchorro. Locomotoras FCALP (2018).

Esa vía fue tendida por la avenida Chacabuco hasta la altura de la avenida Vicuña Mackenna, donde todavía se puede ver trozos de rieles. 6,7 Parece que los trenes que circularon entre la población ferroviaria y la Maestranza debían invertirse en cercanías de la actual Feria Peruana de la avenida Máximo Lira. Posteriormente, el ramal se prolongó al aeródromo de la ciudad y hacia el Morro. Éste habría sido levantado hacia fines de la década de 1950.

Las maestranzas del FCALP ocuparon una fracción importante de su personal total; por ejemplo en 1965, año en que el Ferrocarril dio empleo a unas 729 personas, más del 40% de su total, fueron asignadas a funciones de maestranzas, la mayoría habrían prestado servicios en la MCh, con las demás en Central y Puquios. Con muy poco apoyo de otras maestranzas, la MCh tuvo que llevar a cabo todo tipo de reparaciones tanto al parque tractor del FCALP como a los carros y coches remolcados, por ello su equipamiento tuvo que ser muy completo. Cabe recordar que hasta 1942, el FCALP fue administrado separadamente de Ferrocarriles del Estado (EFE), de modo que, aunque hubiera sido físicamente factible pedir la ayuda de la Maestranza de San Bernardo, esto habría necesitado un convenio de colaboración entre EFE y el FCALP.

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La entrada tradicional, para peatones y vehículos camineros, era desde el oriente, donde ahora se encuentra el supermercado Santa Isabel en la Avenida Santa María.

En el momento de levantarse, la MCh estaba apartada de los sectores poblados de la ciudad de Arica. Las casas de muchos de los trabajadores se ubicaron a lo largo de la avenida Chacabuco, entre San Martín y Vicuña Mackenna. Puesto que nunca había una red de tranvías en la ciudad, el proyecto del FCALP incluía la construcción de una línea férrea entre los sectores residenciales de los trabajadores y sus lugares de trabajo, el principal era la MCh.

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El término “Maestranza de Chinchorro”, en el lenguaje de Arica, se refirió no solo a la maestranza propiamente tal, sino al complejo ferroviario de Chinchorro que comprendía,además, una casa de máquinas y otras instalaciones. La superficie del complejo completo se estima en unas 10 hectáreas. Véase el gráfico1. A modo de comparación, la superficie ocupada de la MSB era de 50 hectáreas.


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Carros cerrados para transporte de carga. Maestranza Chinchorro (2017).


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LA PRODUCCIÓN DE LA MAESTRANZA

El tramo más crítico del FCALP, respecto a la capacidad de transporte, era el a cremallera, entre Central y Puquios. La cantidad de máquinas asignadas a ese tramo variaba a lo largo de los años, pero, típicamente, había ocho a diez. A intervalos de unos 50 000 km, o sea, a aproximadamente cada tres años, cada locomotora a cremallera necesitaba una reparación general, en la cual una gran parte de la máquina fue desarmada para que cada pieza pudiera revisarse, rectificarse y reemplazarse, en caso en que fuera necesario. A cada 15.000 km, o anualmente, en promedio, una locomotora a cremallera bajó a Chinchorro para una reparación parcial.

La conservación rutinaria y menor se efectuaba en las maestranzas menores de Puquios y, especialmente, de Central. La vida de las máquinas a cremallera era muy dura y, en promedio, parecen haber pasado un día en manutención o reparación por cada día en servicios. La capacidad de la MCh de mantener en buenas condiciones las locomotoras a cremallera parece haber fluctuado con el tiempo, con una tendencia hacia la baja. En 1929 por ejemplo, entre las ocho máquinas a cremallera en el parque, cada una cubrió casi 16.000 km en promedio: una cifra bastante buena considerando las dificultades operativas y bajas velocidades autorizadas o técnicamente factibles sobre el tramo a cremallera. Sin embargo, al llegar a mediados de la década de 1960, aunque hubiera ocho locomotoras a cremallera en el parque, en muchos días no se logró poner en servicios más de una de ellas. Evidentemente, la MCh y, quizás especialmente, las maestranzas complementarias de Central y Puquios se estaban fallando, contribuyendo a la decisión de reemplazar la tracción a vapor por la a diésel entre los últimos dos puntos, lo que ocurrió en 1967/68.

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Un plano incluido en la referencia 5 indica que la línea por la avenida Chacabuco se dirigió hacia la estación de pasajeros, en el centro de Arica, lo que implicaría que un tren llevando a los trabajadores tendría que invertirse allí para poder acceder a la MCh.

Durante los días de la operación a vapor, la MCh tuvo que encargarse de la reparación de cuatro categorías de locomotoras, es decir: (i) máquinas chicas de maniobras en patios; (ii) máquinas de línea principal, de características convencionales, para el tramo Puquios-Visviri;(iii) máquinas semiarticuladas, de tipo Mallet, del tramo Arica-Central, y; (iv) máquinas a cremallera del tramo CentralPuquios. Las de las categorías (iii) y (iv) eran las más complicadas de conservar.

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Esto habría traído como consecuencia que una de tales locomotoras, entregada para reparación, tendría que haber sido devuelta a servicios con la misma caldera que la con que ingresara. En maestranzas mayores, como la MSB, frecuentemente a una locomotora con una caldera en condición deficiente, le fue colocada otra, de las mismas dimensiones que ya hubiera sido reparada. Lo anterior permitió reducir el tiempo en que la máquina fuera detenida en la maestranza. Además, a intervalos de aproximadamente unos 25 años, una caldera tenía que reemplazarse por una nueva, lo que constituye una tarea que la MCh no habría sido capaz de llevar a cabo. La poca evidencia que sobrevivió hasta tiempos recientes sugiere que, a partir de 1942, unas locomotoras del FCALP sí fueran reparadas en la MSB, a pesar de que enviar una locomotora a la MSB, desde Arica, era enormemente difícil e igualmente caro.


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LA DIESELIZACIÓN DEL FCALP. Hasta 1953, la operación del FCALP fue llevada a cabo exclusivamente mediante locomotoras a vapor, sin contar algunos vehículos a los se refirió EFE como automotores,10 . Probablemente, estos últimos fuesen más correctamente descritos como góndolas o autocarriles que proporcionaron un servicio para pasajeros por el valle del Lluta, seguramente hasta Poconchile, y sobre los cuales poco se sabe. Las primeras locomotoras a diésel eran seis de la marca estadounidense General Electric,fabricadas entre septiembre de 1953 y febrero de 1954. Ellas habrían sido entregadas a Arica durante el curso de ese último año (es decir, a solo tres años después de la llegada de las últimas locomotoras a vapor nuevas.) Tres eran de tipo Dt-3000, en la nomenclatura de EFE, de 270 hp, destinadas a tareas de maniobras en el puerto y los patios de carga de Arica.

Otras tres eran de tipo Dt-6000, de 600 hp, las que, operando en conjuntos de dos acopladas, reemplazaron parcialmente las Mallet en el sector de la línea principal, entre Arica y Central. Al llegar a 1955, habían llegado dos más de tipo Dt6000, las que habría permitido la dieselización total del tramo Arica a Central, significando el fin de la vida útil de las Mallet. En 1957, el parque consistía en seis máquinas a vapor a adherencia, ocho a diésel a adherencia y once a vapor a cremallera, además de dos automotores nuevos, de la marca Schindler, para el servicio de pasajeros a Bolivia. Sin embargo, sin contar el tramo a cremallera, la tracción a vapor estaba en pleno retiro, puesto que las máquinas a vapor cubrieron106 150 km, comparados con los 378 600 km de las a diésel. Una gran parte del kilometraje de las locomotoras a vapor fue cumplido sobre el tramo a cremallera, entre Central y Puquios, no habiendo sobre el FCALP locomotoras a diésel equipados con los mecanismos necesarios para operar a cremallera.


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M.Chinhorro / Pag. 137 Automóvil adaptado para circular por la vía férrea.


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En 1960 desde la Red Norte, por última vez se transfirió al FCALP una locomotora a vapor, esto para complementar la flota de locomotoras asignadas al tramo Puquios a Visviri.

que consideraron varias opciones, incluidas la electrificación del tramo y su reconstrucción en una trayectoria de menor pendiente (y mayor largo).

Hasta ese momento, la flota de tracción del FCALP no incluyó una locomotora a diésel que merecía el descriptor grande, o nisiquiera mediana. Esa situación se cambió en 1962, con la entrega de cuatro locomotoras clasificadas por EFE Dt13000, del modelo GR-12 de la General Motors estadounidense, cuya potencia de tracción era de 1 300 hp.

La opción de menor costo de inversión fue la operación a diésel sobre el trazado existente, pero con supresión de la cremallera. Tal como había ocurrido 60 años antes, en momentos en que se adjudicaba la construcción del Ferrocarril, se optó por la alternativa de menor costo inicial, sin tomar en cuenta los costos posteriores de operación, los que, aparentemente, ni siquiera fueron estimados. Por lo tanto, a partir de 1968, la cremallera dejó de ocuparse y, después de un período en que participaron también las máquinas R-12, todos los trenes han sido arrastrados por locomotoras de la marca General Electric, modelo U13C, equipados de sobrecargadores de una potencia de 1 320 hp. Entre las ocho U13C originales, dos siguen prestando servicios, dotadas con nuevos motores de mayor potencia. Varias de las otras se dieron de baja, por accidentes ocurridos sobre el tramo ex-a cremallera.

La llegada de estas máquinas permitió por primera vez, la operación parcial a diésel del tramo a cremalleras. Sin embargo, las GR-12 eran máquinas a adherencia y por eso, aunque los trenes tuvieron en la punta una GR-12, fueron empujados desde atrás por una locomotora a vapor a cremallera, ubicada en la cola. Las máquinas GR12 constituyeron, esencialmente, una solución de parche, puesto que no eran dotadas con un sobrecargador y,por eso, no eran indicadas para trabajar duro a grandes alturas. La solución definitiva al problema de la operación del tramo Central Puquios fue propuesta por un estudio llevado a cabo por analistas del programa de cooperación técnica Chile-California,


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M.Chinhorro / Pag. 139 Coche pasajeros. FCALP (2018).


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EL DECLIVE Y FUTURO DE LA MAESTRANZA DE CHINCHORRO.

En la actulidad, el FCALP en conjunto con su matriz, la empresa de los ferrrocarriles del Estado trabajan en un Plan Estratlegico que debiera constituirse en la carta de navegación para el desarrollo del transporte comercial de carga en los futuros años.

En este aspecto consideramos que el modo ferroviario puede hacer un aporte sustentable como medio de transporte a la ciudad y sus habitantes al ser un medio que ayuda a la descongestión debido a su mayor capacidad de transporte, que es más amistoso con el medio ambiente y que presenta importantes ventajas en términos de costos del servicio. En este contexto00, Chinchorro puede convertirse en un importante centro de operaciones para un FCALP orientado hacia los servicios de transporte de carga y turísticos, atendiendo su naturaleza histórica

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Documento para el registro de tráfico ferroviario. Maestranza Chinchorro (1998).

Actualmente, en la MCh se realizan las tareas de mantenimiento a las dos sobrevivientes de las ocho locomotoras de modelo U13C, recibidas hace 50 años, y a dos coches remolque ocupados en un servicio turístico. Además, se ha rehabilitado unos 20 carros de carga, usados para transportar materiales y tierra contaminada, durante el programa de remediación y rehabilitación de las vías, llevado a cabo entre 1999 y 2016. Dos de las máquinas U13C fueron remotorizadas y modernizadas, en 2014, pero el labor no fue llevado a cabo en la MCH sino en la Maestranza Casagrande, en Santiago.

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En general, la dieselización de un ferrocarril conduce a una reducción en las necesidades de servicios de maestranza, esto pues una locomotora a diésel es más productiva que otra a vapor, pudiendo correr un mayor kilometraje entre reparaciones generales. Al cambiar de vapor a diésel la demanda sobre los servicios de maestranza baja en un 60%. Claramente, la dieselización del FCALP redujo substancialmente las actividades de la MCh. En el caso del FCALP, esta capacidad sobrante de servicios de maestranza fue compensada entre 1987 y 2000 por un alza de tráfico, a un promedio de 225 000 toneladas al año que superó el del período 1978 a 1986 en casi un 200%. En los años 1991 y 1992, en los que el tráfico anual rompió la barrera de 300.000 toneladas, por primera vez en la historia del FCALP, corrió además el tren turístico El Dorado de los Andes y la MCh tuvo que trabajar muy intensivamente. En años posteriores, el tráfico ha sido mínimo, dejando la Maestranza casi completamente ociosa.


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CAPITULO IV M.Chinhorro / Pag.

EL MANEJO DE UNA GRAN COLECCIÓN ARQUEOLÓGICA

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METODOLOGÍA Y ESTRATEGIAS

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DE CONSERVACIÓN Y PRESERVACIÓN ARQUEOLÓGICA El manejo de una colección arqueológica de considerable tamaño, en un terreno bastante complicado en términos ambientales, requiere planificación, creatividad, paciencia y compañerismo. La generación de esta colección, denominada Colección Maestranza Chinchorro FCALP, depositada en las instalaciones del Museo Arqueológico Universidad de Tarapacá San Miguel de Azapa, fue un trabajo de años, participando en ella un equipo interdisciplinario compuesto por arqueólogos, conservadores, antropólogos físicos, ingenieros, maestros eléctricos, soldadores, y una cantidad de personas convocadas a la labor de generar las condiciones óptimas para el almacenamiento de estas piezas. La conservación preventiva requerida por este proyecto, contempló el manejo de las piezas arqueológicas recuperadas, su estabilización material dentro de las posibilidades de sus condiciones estructurales1, limpieza mecánica, catalogación, embalaje, ordenamiento de los depósitos, entre otras actividades. Las medidas de preservación empleadas en los yacimientos descubiertos, la generación de arreglos estructurales para preservar las estructuras detectadas, el sello ambiental para estos terrenos, la confección de cercos perimetrales, y la constante entrega e intercambio de información

técnica entre las personas involucradas en este trabajo, dieron como resultado estas “reservas arqueológicas” que permitirán explorar por varios años más estos interesantes espacios de la ciudad. El proceso de conservación arqueológica de piezas dispuso guías de manejo de acuerdo a cada materialidad, pero en términos generales, ante la problemática ambiental, solo se realizarán estabilizaciones mediante acción de limpieza mecánica en la totalidad de las piezas. Gran aliado en la tarea de generar depósitos seguros para controlar dicha limitante, fueron los materiales empleados (Ethafoam, Tyvek, bolsas selladas, contenedores especialmente confeccionados, etc.) y las técnicas (reversibles) aplicadas sobretodo al componente bioantropológico y textil. La cantidad de material recuperado demandó largas gestiones institucionales entre diversos organismos; uno de los resultados destacables es el Convenio de Cooperación FCALP-UTA. Este consiste en el compromiso de resguardo de la colección “Maestranza Chinchorro” y la participación de un conjunto de estudiantes de pregrado de la Universidad de Tarapacá, quienes participaron en distintas estaciones de trabajo vinculadas tanto al proceso de excavación, como al de gabinete.


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Dos operaciones constructivas fueron esenciales en este proyecto: el sello ambiental de los yacimientos arqueológicos, y la confección de instalaciones para el resguardo permanente de piezas.

Levantamiento cuerpo, sitio MC-2012. La preservación y conservación preventiva requirió por sobretodo, una meticulosa cooperación entre especialistas del patrimonio cultural.

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Durante unos tres meses los yacimientos arqueológicos y áreas de preservación fueron sellados mediante materialidades que permitan un adecuado aislamiento de las capas arqueológicas y polimetálicas de la superficie actual, y que a su vez den protección a los contextos excavados y sus rasgos prominentes. Nuevamente, la aplicación de materiales especiales (ethafoam, tyvek, HDPE, lastre culturalmente estéril) fue la estrategia óptima para lograr tal empresa.

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Dos contenedores marítimos fueron especialmente adecuados e instalados en los terrenos de bodegaje del Museo San Miguel de Azapa; estos contienen todo el tesoro sistematizado que nutre esta publicación.


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CAPITULO V M.Chinhorro / Pag.

CONCLUSIONES

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EL VALOR CULTURAL DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLOGICOS DE MAESTRANZA CHINCHORRO

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Sin lugar a dudas, la prehistoria regional se ha complejizado e integrado con los yacimientos arqueológicos descubiertos, investigados, gestionados, y preservados de la Maestranza Chinchorro. Durante las páginas previas, se da cuenta un vasto escenario prehispánico que resistió a los embates de las huellas del “Antropoceno”en Arica. Quiza esto pueda sonar como una exageración para algunos lectores, sin embargo imaginemos que la mayoría de los depósitos preservados se vieron sujetos a un dinamismo superficial industrial, tal vez uno de las transformaciones de suelos más fuertes ocurridos durante el siglo XX en Arica. Comparemos esta modificación del suelo con otra de los probables eventos vinculables al Antropoceno en Arica: la demolición del morro de Arica para la construcción del puerto, la conexión de la isla del alacrán al continente, y la construcción de la carretera Sur de Arica. Ciertamente, como se ha revelado mediante el proyecto R&R FCALP, aquí se preservaron interesantes depósitos que nos permiten interpretar ocupaciones y funcionalidades variadas, incluso sin la obtención de fechados absolutos a la fecha.

De las cuevas del morro y sus contextos (como los descritos por Bollaert en el S. XIX) poco y nada sabremos; Maestranza dentro de todo contiene un escenario más feliz. Es ahí donde reside en primera instancia el valor cultural de este terreno: un capítulo fino de dinámicas poblacionales costeras, a través de varios milenios, cuya señal arqueológica sobreviviera incluso al progresivo Otro valor intrínseco del área es la diversidad de contextos, yacimientos funerarios, áreas habitacionales, elementos inmuebles, diversidad de elementos muebles, y un registro estratigráfico que soportara un intenso dinamismo industrial del terreno. Al generarse áreas de reservas arqueológicas en estos terrenos, dejamos un testigo para futuras investigaciones que puedan complementar esta primera interpretación de esta zona arqueológica. Muy probablemente la zona de Maestranza Chinchorro, sus reservas arqueológicas en específico, podrán ser un interesante componente de la postulación UNESCO de la Cultura Chinchorro como Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Un tercer valor cultural, sobretodo social, fuera el compromiso de FCALP para llevar a cabo una compleja labor arqueológica, tanto en el terreno mismo como por las situaciones empresariales ocurridas en el transcurso del proyecto de remediación y rehabilitación. El proyecto de reactivación de la ruta económica del Ferrocarril Arica La Paz dio paso a una exploración de terrenos en donde se sospechaba el hallazgo de interesantes capítulos de la historia humana de Arica, del cual el propio ferrocarril y sus tecnologías son parte. Finalmente, el valor de la nostalgia y la posibilidad de echarle una mirada a estos parajes a través de su profunda historia humana, llegando a reconocer incluso hasta los últimos trazos de esas vidas familiares de obreros orgullosos de una de las obras protagónicas del Siglo XX en esta región. En otras palabras, el valor de la historia humana Maestranzina.


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M.Chinhorro / Pag. 149 Letrero en el acceso a una reserva arqueolรณgica. Maestranza Chinchorro (2018).


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AGRADECIMIENTOS Especial dedicatoria para aquellos profesionales, técnicos, operarios, y amables personas que formaran parte de nuestro quehacer y de interminables reflexiones sobre la historia del terreno y de la ciudad misma. Innumerables anécdotas formaron parte de esta obra. A Matías Trevizan y Yuny Arias, por su confianza en el proyecto arqueológico, el cual a pesar del incierto escenario de una obra arqueológica de esta magnitud, pudo caminar de manera firme. A Don Jose Luis Hinojosa, Gerente General de FCALP, quien desde un principio entregara positivas impresiones sobre el devenir del proyecto arqueológico, y compartiera su interés y conocimiento propio tanto por la prehistoria local, como por la historia de la ciudad. Séneca alguna vez dijo también “En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto” (De Brevitate Vitae, 55 d.C.). A los practicantes de la Universidad de Tarapacá. Esperamos que haya sido un aporte su paso por nuestros polvorientos escritorios. A la Universidad de Tarapacá, por su preocupación e interés por el trabajo arqueológico ejecutado, y el patrimonio cultural que resguardan. A los profesores Bernardo Arriaza, Vivien Standen, Ivan Muñoz, Calogero Santoro, Felix Acuto, Luis Borrero, Tom Dillehay, Ramiro Barberena, Gonzalo Pimentel, Marietta Ortega, Jorge Lagos, Gustavo Espinoza, Mariela Santos, Hector Velazquez, Lautaro Nuñez, Luis Briones, Oscar Espoueys, Luis “Chango” Alvarez. Las conversaciones que sostuve, sus obras, y su disponibilidad, son parte importante de este trabajo.


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PROYECTO MITIGACIÓN

ARQUEOLÓGICA FCALP

JEFE PROYECTO DE REMEDIACION AMBIENTAL JUAN MATIAS TREVIZAN

JEFE EXCAVACION ISABEL PÉREZ-TRILLO JEFE LABORATORIO NOEMI SOLER ANTROPOLOGA FISICA SILVANA FLORES

ANTROPOLOGIA SERGIO VILLABLANCA ARQUEOLOGIA MARTA CRESPO - MÓNICA MORENO PAOLA FERNANDEZ - GONZALO GARCIA ZARAY GUERRERO

ALUMNOS PRACTICA UTA NAYAVET VILLALOBOS - ELIAS SANHUEZA FRANCISCO ALMONACID - EDUARDO A COSTA ALEXANDRA SICILIANO - CRISTIAN DIAZ ADMINISTRATIVOS ANTONIO PORTILLA GONZALEZ JOSE EMILIANO SOTO OPERARIOS LUIS ALVAREZ - JUAN MENDEZ LUIS VIDAL - ALVARO CASTRO RICHARD GUZMAN - GUILLERMO BARRIOS

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TOPOGRAFIA RENATO CONTRERAS

ORIANA NEGRETE - JANNINA SILVANA JACQUELINE LARA - KATHERINE VEGA GUSTAVO RORIGUEZ - MARIA PAZ FUENTES MARITZA RAMOS - KATHERINE DE LAS NIEVES PIA ALEJANDRA CASTAÑEDA - JANNINA LEAL

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JEFE PROYECTO ARQUEOLOGICO FCALP MARCO PORTILLA MANCILLA

ASISTENTES ARQUEOLOGIA


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GLOSARIO Abanicos fluviales y aluviales Forma característica (en forma de abanico, mirado en planta) que se debe a la acumulación de sedimentos debido a la acción de ríos (fluviales) o aluviones (aluvial).

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Andesitas y dacitas Rocas Volcánicas, correspondientes a lavas, con distinta composición química. Arqueobotánica Rama de la Arqueología que estudia los restos vegetales. Bioantropología Estudio de los restos óseos humanos y sus relaciones con la cultura arqueológica vinculada a ellos. Biogeográficas Distribución de los seres vivos en la tierra. Buzamiento Es el ángulo de inclinación de plano geológico, como por ejemplo una falla, medida desde un plano horizontal. El buzamiento incluye el valor del ángulo de inclinación como la dirección hacia la cual la roca está inclinada. Utilizando esta información, el geólogo puede reconstruir las estructuras previas a la erosión y empezar a interpretar la historia geológica de la región (más info: http://www.rutageologica.cl).

Decúbito Posición que toman las personas o los animales cuando se echan horizontalmente (Real Academia Española). Diáfisis Porción central y tubular de un hueso largo, comprendida entre los dos extremos o epífisis. Ergología Conjunto de artefactos asociados a una actividad en particular. Escurrimiento exorreico Flujo de aguas que desemboca al mar. Etnohistoria Disciplina que se ocupa de la sociedad indígena mediante un maridaje entre paradigmas teóricos y metodológicos de la Antropología y de la Historia (ver Ana Maria Lorandi 2012). Finipleistocénico Etapa final de la era geológica Pleistocena. A su vez, el Pleistoceno es una era geológica, comprendida entre los 1.8-1.6 millones a 10,000 años en el pasado. Flujos piroclásticos Flujos de material de origen volcánico, característico de las erupciones explosivas. Contienen ceniza volcánica, fragmentos de roca y cristales minerales, los que fueron expulsados violentamente.


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Geoglifos Diseños iconográficos realizados mayormente sobre superficies geográficas de carácter monumental (cerros, laderas, etc.). Se utilizan dos tipos de técnicas (combinables): adición y arreglo de rocas con tonos contrastantes con la superficie ocupada, o el despeje o sustracción de capas superficiales de la superficie ocupada.

Paludismo Enfermedad febril producida por un protozoo, y transmitida al hombre por la picadura de mosquitos anofeles (Real Academia Española).

Malacofauna Agrupación del Moluscos de una zona definida.

Plano de pedimentación Plataformas cóncavas con pendientes suaves a pies de laderas abruptas

Malacología Rama de la Zoología que estudia los moluscos. Morfogénesis Origen y evolución de las formas del relieve. Otáridos familia de mamíferos pinnípedos. Los lobos marinos pertenecen a este grupo.

Horadación Depresión (en el caso de materiales arqueológicos, intencionales) en la cara de un material. Por lo general tiene características tecnológicas de uso en actividades humanas.

Otolito Concreción mineral que se sitúa en el sistema vestibular del conducto auditivo de los vertebrados. Su identificación arqueológica permite la discriminación entre especies vertebradas.

Ictiofauna Agrupación de Peces de una zona definida.

Paleopatologías Identificación y estudio de enfermedades a partir de la investigación sobre restos óseos antiguos.

Ictiología Rama de la Zoología que estudia los peces.

Taxa Plural de Taxón, que corresponde a las subdivisiones de la clasificación biológica, desde la especie, que se toma como unidad, hasta el filo o tipo de organización biológica. (Real Academia Española). Topografía Características que presenta la superficie o el relieve de un terreno. Unidades fisiográficas Separación del paisaje, de acuerdo a sus características de relieve, clima, tipos de roca, edad de formación, etc.

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Hectométricos Que miden sobre 100 metros.

Secuencia estratigráfica Sucesión de estratos (capas sedimentarias) continuos en el tiempo, separada de otras secuencias por discontinuidad estratigráfica.

M.Chinhorro / Pag.

Geomorfología Rama de la geología y geografía física que estudia las formas de la superficie terrestre, describiéndolas, y enfocándose en su génesis y su comportamiento actual.

Ignimbritas Depósitos de material piroclástico, debido a flujos piroclásticos y/o caída de ceniza volcánica, el cual corresponde a más de 1 km3.


MAESTRANZA CHINCHORRO

ANEXO

SITIOS COSTA NORTE (Ms. Espoueys 1977).

M.Chinhorro / Pag.

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Sitio

Descr ipción

Refer encia

Cr onología

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chacalluta 1 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Espoueys (1973)

IV B Gentilar

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chacalluta 2 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Espoueys (1973)

IV A San Miguel

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chacalluta 3 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Espoueys (1973)

IV A San Miguel

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chacalluta 4 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Espoueys (1973)

IV Culturas Locales

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chacalluta 5 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Espoueys (1973)

IV Culturas Locales

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chinchorro 1 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Uhle?, MRA, Espoueys (1973)

IV Culturas Locales

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chinchorro 2 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Uhle?, MRA, Espoueys (1973)

IC


MAESTRANZA CHINCHORRO

Sitio

Descr ipción

Refer encia

Cr onología

Espoueys (1973)

?

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chinchorro 4 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

MRA

IC

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chinchorro 5 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Focacci Espoueys

I C y IV

Morro 1

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, Uhle, G. Mostny, MRA excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Morro 2

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

MRA

III B y IV A

Morro 3

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

Bird, MRA

IA

Morro 4

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

MRA

II A

I C y IV

M.Chinhorro / Pag.

Cementerio en el Tablazo S. de la Desembocadura del río Lluta. Joel Palomino Chinchorro 3 regaló a O. Espoueys (1966), el contexto ordenado de 6 tumbas. Material en CE, excepto T3 donada al Museo de la Serena.

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M.Chinhorro / Pag.

160

MAESTRANZA CHINCHORRO


MAESTRANZA CHINCHORRO

M.Chinhorro / Pag. 161


MAESTRANZA CHINCHORRO

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